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GEES

¿Nuclear? Sí, gracias

El futuro energético que plantea Zapatero es el de depender de Francia o esperar si, cuánto y hacia dónde sopla el viento.

En las últimas semanas, dos hechos han puesto a la energía nuclear de plena actualidad. Por una parte, el impulso del Gobierno británico al retirar las trabas administrativas para la construcción de nuevas centrales; por otra, el compromiso del PSOE en su programa electoral de renunciar a esta energía y tratar de cerrar centrales en la próxima legislatura. Dos decisiones en direcciones diametralmente opuestas que evidencian dos formas de abordar un problema.

En otras ocasiones hemos defendido a la energía nuclear como la mejor opción para nuestro país. Primero por ser la más económica. Segundo por ser la que mejor garantiza el suministro eléctrico a largo plazo. Tercero, porque esta energía no emite CO2. Y cuarto, porque reduciría la dependencia energética del exterior, que hoy es superior al 80% de la energía primaria que consumimos.

En Gran Bretaña, el Gobierno laborista ha actuado de una forma responsable, igual que lo hizo el finlandés en su día, y ha asumido que las mejores decisiones son las que exigen un cierto coraje político. La decisión británica es la opción de responsabilidad que hemos defendido aquí, ante la evidencia de que el futuro energético será difícil, como lo demuestra el precio del barril de crudo, ya en el entorno de los 100 dólares.

Contrasta con lo que por desgracia vemos en España. El Gobierno ha eludido sistemáticamente el debate refugiándose en demagógicas soluciones, insuficientes a largo plazo. Al margen de las necesidades, apuesta decididamente por el cierre de las centrales nucleares. El futuro energético que plantea Zapatero es el de depender de Francia o esperar si, cuánto y hacia dónde sopla el viento. Lo lamentable es que la alternativa política del PP tampoco tiene ideas claras. Sin afrontar el problema energético de frente, el PP obvia la cuestión y se deja llevar por lo políticamente correcto, aspecto en el cual siempre le gana la partida Zapatero.

Por la importancia capital de la cuestión energética y por los efectos directos sobre la economía y el bienestar de los españoles es preciso que exista una planificación energética a largo plazo basada en la realidad y no en los deseos y los complejos. Lo que España necesita no es un Gobierno que hable de irrealidades vestidas de verde, sino uno con responsabilidad y valentía política para explicar las cosas tal y como son, y de tomar decisiones pensando en el largo plazo y no en los porcentajes de las encuestas.

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