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EDITORIAL

De izquierdas, y como tal actúan

Ignoramos cuál es el problema físico que le impide cumplir con su trabajo, pero por lo que se ve no le dificulta en lo más mínimo marcharse a otra comunidad autónoma a dar palmas mientras su marido se pone a bailar.

¿Para qué sirven las normas si uno es de izquierdas y, por tanto, está por encima de ellas? El PP ha denunciado que Bermejo comparte con su esposa los mítines en los que participa como candidato por Murcia del PSOE que es. Algo que no tendría nada de particular, si no fuera porque su mujer es funcionaria y lleva mes y medio de baja, que le pagamos todos los españoles. Ignoramos cuál es el problema físico que le impide cumplir con su trabajo, pero por lo que se ve no le dificulta en lo más mínimo marcharse a otra comunidad autónoma a dar palmas mientras su marido se pone a bailar.

Para prevenir el fraude en las bajas, es decir, para evitar en la medida de lo posible que alguien que no está enfermo alegue que sí lo está para no tener que ir al trabajo, existen diversas restricciones sobre lo que se puede o no hacer. Por ejemplo, irte de la comunidad autónoma donde resides. Algo que no parece que haya sido problema alguno para la esposa del ministro de Justicia, uno de esos cargos que debería dar más ejemplo de honradez y, no está mal recordarlo, austeridad.

Ahora, que no proteste Bermejo porque el PP meta a su mujer en campaña. Lo hizo ella sola dejándose ver en público en Murcia, cuando debía estar en Madrid recuperándose de sus dolencias. El caso refleja perfectamente a la izquierda española, para quien la superioridad moral y mediática se refleja en lapsus éticos de todo tipo, pues se creen con demasiada frecuencia por encima del bien y del mal.

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