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José Antonio Martínez-Abarca

¿Indeciso? No leas más autoayuda

Es absolutamente notable, que diría don José Plà, lo que ha prosperado en las mentes el modo de hacer gestión de Rodríguez Zapatero: el de los niños de dos años que se tapan los ojos y dicen que han desaparecido y que les busques.

Conocí a una encantadora jovencita el otro día en un bar que tenía un extraño parecido a la ministra Carme Chacón con aproximadamente treinta o cuarenta primaveras menos. "Tú, ¿a qué te dedicas?", me preguntó. En ese momento me recordé de lo que me gritó una señora en un mitin de Rajoy, acompañándolo de un carbote en el pescuezo, al verme en la zona de prensa y mano sobre mano. "Tú, ¿qué? ¿Es que eres el enchufao y no trabajas?" "Efectivamente, señora, no trabajo".

– Pues me dedico a una cosa muy rara, el articulismo político – le dije a la pequeña Carme Chacón –, pero si alguien te pregunta dile que soy palanganero en un puticlub, no sea que se entere mi madre y tengamos un disgusto

– ¿Política? ¿Entonces tú eres de los que piensan que hay crisis? – respondióme, súbitamente desilusionada – Pues yo no creo para nada que haya crisis – continuó suficiente y sin dejarme hablar.

Mi pequeña Carme, con una sonrisa que parecía un collar de perlas (sí, yo soy el idiota que escribió eso por segunda vez: me hubiese gustado ser el primero y por tanto un genio), no creía que hubiera crisis porque a ella eso de la política no le gustaba nada. Y, por tanto, si no creía en la crisis, no existía.

Me enternecí. "Esta chica llegará por lo menos a directora de algún observatorio por la igualdad efectiva de género", dije para mí. Es increíble, yo aún diría más, es absolutamente notable, que diría don José Plà, lo que ha prosperado en las mentes el modo de hacer gestión de Rodríguez Zapatero: el de los niños de dos años que se tapan los ojos y dicen que han desaparecido y que les busques. No mostraba signos de indecisión electoral para el día 9, pero si se hubiese destapado la mano de los ojos, lo cual le impedía escuchar, le hubiese dicho que podía no oír la COPE por las mañanas (recomendación que hacen los socialistas catalanes para provocar que los indecisos voten a su partido), pero que se dejara de una vez los libros de autoayuda, porque de vez en cuando también es bueno no creerse al Gobierno.

Hay infinidad de carmes chacones tupiendo las nuevas hornadas de productos educativos, y en sus mesitas de noche ya no descansan, más o menos ocultas entre los apuntes, folletines puritanos con negrazos sudorosos abrazando a damas de alcurnia en la portada, sino libros de tipos que dicen que las crisis económicas y de las otras desaparecen si haces como los hermanos Marx con las cartas: "las leeremos pero no lo escucharemos".

Estaba hablando con una triunfadora.

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