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Ricardo Medina Macías

Turismo de aventura en Ecuador

Menudo escándalo están armando algunos medios con la historia de la joven mexicana que resultó herida en el campamento que las FARC tenían en Ecuador. En realidad, todo fue un incidente normal dentro de una nueva modalidad del turismo de aventura.

Menudo escándalo están armando algunos medios con la historia de la joven mexicana que resultó herida en el campamento que las FARC tenían en Ecuador. En realidad, según los padres de la joven, todo fue un incidente normal dentro de una nueva modalidad del turismo de aventura.

Los padres de esa joven mexicana de veintitantos años herida durante la incursión del ejército colombiano contra un campamento de los guerrilleros y secuestradores de las FARC ubicado en territorio ecuatoriano– enviaron a los medios de comunicación una carta, rogándoles "ser cuidadosos y no actuar a la ligera en este caso" (¿en otros casos sí vale que los medios actúen sin cuidado y a la ligera?) y en la cual aseguran que su hija "no tiene vínculos con ninguna organización armada" y que ella sólo fue a Ecuador para participar en un evento académico "y, aprovechando la oportunidad, hacer actividades de turismo".

Añaden que su hija "tiene las inquietudes sociales de cualquier universitario".

Bien dicho. Que los medios no saquen conclusiones precipitadas. Todo el mundo sabe que es habitual, después de asistir a eventos académicos tan prestigiosos como el Segundo Congreso de la Coordinadora Continental Bolivariana, tomarse unos días para hacer "actividades de turismo". Y todos sabemos que a los jóvenes con "inquietudes sociales" les gusta hacer turismo de aventura.

¿Qué mejor opción para hacer turismo de aventura, si uno anda por Ecuador o por Venezuela, que darse una vuelta por el campamento de las FARC, cerca de la frontera con Colombia? Lo sorprendente es que esta joven mexicana hallase con tanta facilidad el campamento de los guerrilleros, secuestradores y socios de los narcotraficantes, cuando el Gobierno ecuatoriano jura que no tenía idea de que esos delincuentes tuviesen una especie de "santuario" en Ecuador.

Tal vez a los padres, hijos, hermanos y amigos de los miles de colombianos que han sido secuestrados o asesinados por los guerrilleros, esto del turismo de aventura no les haga mucha gracia.

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