Nicolas Sarkozy ha hecho el ridículo en Nueva York, ante la Asamblea General de la ONU y en los diversos banquetes de agasajo que se le ofrecieron, con medallitas de postre. Ni él ni los franceses se han dado cuenta de ello –al contrario, los titulares de la prensa exaltan su "triunfo personal"–, pero eso no quita que ha hecho el ridículo. Sus discursos sobre la necesidad de "moralizar" el capitalismo financiero y su tono de maestro chapado a la antigua al exigir que los responsables de la crisis sean duramente castigados no se basan en la menor realidad y recuerdan la canción de Dalida, aquella cuyo estribillo era Parole, parole, parole.
Cuando tantos peritos, expertos, especialistas, banqueros y jefes de estado son incapaces, por lo visto, de explicar los motivos de la crisis actual y encontrarle soluciones, no seré yo –¡pobre de mí!– quien pretenda hacerlo. Pero resulta que en Francia asistimos a un derroche de demagogia anticapitalista, inevitable teniendo en cuenta la mentalidad políticamente correcta que la domina, y que propone como solución algo que yo definiría como una "planificación socialista de la economía capitalista". Un remedio peor que la enfermedad. Lo único que me atrevería a señalar, y que nadie dice, es que estos vertiginosos altibajos bursátiles han permitido a ciertos listos obtener colosales beneficios.
Hasta Jacques Attali exige que se prohíba a bancos e instituciones financieras "jugar a la ruleta", según dice. Recordaré que Jacques Attali fue nombrado por François Mitterrand presidente del Banco para el Desarrollo de la Europa del Este, que acababa de liberarse del yugo soviético, un banco estatal europeo del que fue despedido de su cargo sin indemnización por un desfalco. Y es ese ladrón quien nos da lecciones de moral financiera y quien, después de haber sido consejero de Mitterrand, lo es ahora de Nicolas Sarkozy. ¡Cosas veredes, mío Cid!
Pese a la crisis –o a causa de ella– EDF, empresa mixta, estatal-privada, ha comprado British Energy y se propone construir cuatro centrales nucleares en el Reino Unido. Resulta que los laboristas británicos son menos cretinos en cuestiones de energía nuclear que muchos otros socialistas europeos.
En la mañana del miércoles la radio anunciaba que, después del arresto de Unai Fano y María Lizarraga, en Francia, la policía gala acaba de detener a 20 batasunos franceses. Recordemos que Batasuna actúa legalmente en el suroeste de Francia, por ahora. Veremos lo que pueda suceder de ahora en adelante. Está visto, en todo caso, que la policía francesa sigue deteniendo a etarras y a sus cómplices, lo cual desespera a Rubalcaba.