(Libertad Digital) La decisión del órgano regulador de mantener los tipos de interés en el 3,75 por ciento está en línea con lo que esperaba el mercado. No obstante, debe considerarse una pausa en una política de subida de tipos que probablemente se reanudará en junio, cuando se prevé que los suba hasta el 4 por ciento.
Esta política de alza de tipos está fundamentada en el miedo al repunte de la inflación. A pesar de la moderación del alza de precios en los primeros meses, el aumento de la liquidez es muy acusado; supera el 10 por ciento (M3), cuando el BCE se fijó como límite máximo el 4,5 por ciento. Este repunte de la liquidez está sorprendiendo a los analistas y alimenta los temores del órgano regulador de que a partir de la segunda mitad del año los precios vuelvan a acelerarse.
La subida de tipos, que podría llegar hasta el 4,25 o incluso el 4,5 por ciento a final de año, tiene especial incidencia en el mercado español. El ahorro familiar volvió a caer el año pasado, mientras el endeudamiento de las familias no deja de crecer, y según el Banco de España supone ya el 120 por ciento de la renta. Esta posición financiera de las familias hará que sufran especialmente el aumento de tipos. El Fondo Monetario Internacional ya advirtió a España de que su nivel de endeudamiento y el déficit exterior pueden ralentizar su crecimiento.
Una parte importante del endeudamiento familiar lo constituyen las hipotecas, cuyo principal índice de referencia, el euribor, encadenó en abril su decimonovemo mes consecutivo de subidas, al situarse en el 4,253 por ciento. La hipoteca media ha subido en el último año un 11 por ciento, y ya supera los 150.000 euros.