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Cristina Losada

Gallináceas

Que lo pongan, que lo transmitan por televisión, que lo vea la gente y decida si instrumentaliza o no una masacre terrorista

Hay diputados, que cobran, por cierto, de todos los españoles sin distingos de religión, que necesitan unas clases de, ¿cómo se va a llamar el invento?, ¿educación para la ciudadanía? Pues eso. Aunque sonaba mejor el nombre antiguo: urbanidad. Y es que aún tienen que hacerse ciudadanos, civilizarse. Condición que no la dan los estudios, y los de ahora, menos. La gente sin estudios siempre ha tenido más educación; más, desde luego, que los niñatos demagogos. Que no saben hacer ya otro gesto revolucionario que dejar las nalgas sobre el asiento. Si, al menos, se marcaran una sentada en el suelo, como antaño. Quién iba a pensar que acabara así la izquierda, comunicando su mensaje con el culo. Y sin moverlo.
 
Heroicos han estado los enemigos del Papa, como heroico estuvo el enemigo de los USA que ocupa la presidencia. Lo que cuesta quedarse con las posaderas pegadas a la silla en trances así, sólo ellos lo saben. Nada más que ellos. Porque el observador sólo ve que, en medio de un bosque de bípedos, hay unos culópedos, unos pobres hombres como arranados o encogidos, y si la hazaña se produce en el Congreso, como gallinas que estuvieran incubando un huevo. Y algo incuban, sí. Porque si no, se percatarían de que levantarse e irse tiene su dignidad, pero sentarse cuando los demás se yerguen, carece de ella. Uno se acuerda, al verlos, de esos que en el metro o el autobús no dejan el asiento ni por una embarazada ni por una vieja.
 
Pero si algunos zampabollos precisan educación, los de la oposición, los de la derecha, necesitan soltarse. Parecen niños bien educados, incapaces de defenderse de las burlas y sevicias de una pandilla de gamberros. ¿Qué la Comisión del 11-M quiere analizar el vídeo de FAES sobre aquellos días? Deberían decir: Dabuten. Que lo pongan, que lo transmitan por televisión, que lo vea la gente y decida si instrumentaliza o no una masacre terrorista, que a de la Vega le da la risa cuando pronuncia esas palabras. Si tan malo resulta para el PP, ¿por qué no lo pasan enterito por la Primera Cadena?
 
Pero los del PP están defendiendo su derecho a hacer un vídeo. Defendiéndose por haber hecho algo, quizá, un poco pasado de vueltas, un pelín visceral, exagerado, qué sé yo. Nadie ha demostrado que ese vídeo diga alguna mentira, pero ya están dando explicaciones. En lugar de pedirlas. Cuando el PSOE tiene muchas cosas que explicar. Cuando aún no ha dado cuenta de su comportamiento antes, durante y después del 11 de marzo. Cuando ya no quiere saber.
 
En las ceremonias, los del PP se levantan y los otros se sientan; en la batalla política, ocurre al revés.

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