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EDITORIAL

Destrozos y propaganda

Si criticable es ZP por muchas de sus promesas incumplidas, lo es todavía más por los destrozos causados que nunca tuvieron gancho electoral alguno

El Partido Popular acaba de señalar nada menos que un centenar de promesas que el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha incumplido durante su primer año de gobierno. Bien está que el Partido Popular no ahorre energías en señalar la gran mentira en que se ha basado hasta ahora el gobierno de ZP, incluidos tan numerosos incumplimientos. Pero que nadie se llame a engaño. No fueron sus promesas las que le otorgaron a Zapatero el triunfo electoral. Esas promesas las formularon los socialistas mucho antes del 11-M, y no por ellas el PSOE logró situarse por delante del PP en un solo sondeo, ni evitar perder estrepitosamente, días antes del 11-M, en las votaciones en las que participaron los españoles no residentes en nuestro país.
 
Lo que hizo al PP perder las elecciones no sólo fue la masacre perpetrada por terroristas que, como Zougam, El Egipcio y tantos autores ya conocidos del 11-M, no querían ver al partido de Aznar mantenerse en el gobierno. Tampoco fue exclusivamente el hecho de que el gobierno del PP, en los primeros momentos, creyera que eran etarras los que habían conseguido hacer en Atocha lo que tres meses antes habían intentado perpetrar en Chamartín. Por mucha satisfacción que ETA haya reflejado en un comunicado posterior al 14-M por los resultados electorales, por mucho que haya celebrado la caída del PP, mostrado esperanza hacia Zapatero o vanagloriado de los buenos resultados de sus aliados de ERC (aliados independentistas de ETA en Perpiñán, pero también de Zapatero y Maragall, en Madrid y Barcelona), lo que fue crucial para que los efectos del 11-M se tradujeran en el 14-M fue que la reacción de Otegui ante el atentado no sólo fuera asumida, sino rápidamente liderada por el principal partido de la oposición y por los poderosísimos medios de comunicación de los que este partido depende. A saber, el gobierno del PP es responsable de esta masacre y quiere huir ante los ciudadanos de esa responsabilidad mintiendo sobre la autoría de la misma. Gracias a esa infamia, no fueron las sedes de los simpatizantes de los terroristas las que fueron acosadas por la lógica ira ciudadana; fueron acosadas las de sus más claros y reconocidos enemigos.
 
Zapatero, una vez en el poder, podría haber tratado de habernos hecho olvidar esa fractura democrática en esos tres días de infamia, con una total disposición a colaborar en el total esclarecimiento de esa masacre, por no hablar de llevar a cabo propuestas de gobierno con claro consenso político y social. En lugar de ello, prefirió incidir en la propaganda y apoyarse en grupos radicales y antisistema como Izquierda Unida o los independentistas catalanes.
 
Que Bush, presidente de la primera democracia del mundo, tenga en nuestro país índices de popularidad tan bajos como los tiene un representante de ETA como Arnaldo Otegui es un “mérito” que no cabe restar a los medios de comunicación. Que un objetivo declarado de los terroristas -como era que los soldados españoles se retiraran de Irak- fuese a su vez una promesa de fuerte tirón electoral, es algo que se debe lamentar, pero que, gracias a esa irresponsable y fatídica influencia mediática, hay que reconocer.
 
Pero ¿nos va a decir Zapatero que una mayoría de españoles decidió votarle el 14-M para que abortara el Plan Hidrológico nacional? ¿Votaron a ZP para que removiera las cenizas de la Guerra Civil? ¿Lo votaron para que erradicara la Ley de la Calidad de la Enseñanza? ¿Lo votaron para que se reconociera en España más naciones que la española? ¿Lo votaron para que se entendiera mejor con Carod o con Ibarretxe que con Rajoy? ¿Lo votaron para que devaluase académicamente la asignatura de religión? ¿Lo votaron para que los homosexuales pudieran contraer matrimonio y adoptar niños? ¿Lo votaron para que diera una nueva rosca contra la independencia del poder judicial? ¿Lo votaron para que permitiera a los proetarras presentarse a las elecciones con otras siglas? ¿Lo votaron para congelar toda medida económica a la espera de que su gabinete se ponga de acuerdo?
 
Si criticable es ZP por muchas de sus promesas incumplidas, lo es todavía más por los destrozos causados que nunca tuvieron gancho electoral alguno, salvo en una mínima y radical porción del electorado. Zapatero trata de ocultar muchos de esos destrozos, mientras edulcora o trata de hacer populares al resto. Todo ello a base de mucho talante, de mucha sonrisa y de mucha propaganda.

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