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EDITORIAL

La OPA, un nuevo antenicidio

El PSOE está acostumbrado a privatizar las instituciones, en hacer del Estado una finca particular y arrendarla a los mejores postores. Mejores no necesariamente en términos morales, se entiende.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se reunió recientemente en secreto con 16 empresarios catalanes en la residencia privada del presidente de La Caixa, Ricard Fornesa. No hay nada como departir en un sitio de confianza de los asuntos particulares. El PSOE está acostumbrado a privatizar las instituciones, en hacer del Estado una finca particular y arrendarla a los mejores postores. Mejores no necesariamente en términos morales, se entiende. Adam Smith dijo en su obra más citada que no se producía una reunión de varios empresarios sin una confabulación contra el interés general. Pero los empresarios no podrían hacer nada si no es con un político con el alma lo suficientemente corrupta como para prestarse a hacerlo y con unas instituciones lo suficientemente moldeables como para poder someterlas al arbitrio de éste.
 
El asunto de la OPA del tripartito sobre Endesa tiene todos esos elementos. La subasta de las instituciones o su entrega, de rodillas, ante unos particulares en contra de otros, como ha resultado evidente por ejemplo con el entusiasmo de la Comisión Nacional de la Energía por la operación. ¿Y el político? Está en la voluntad y el designio del Gobierno de saltarse a la torera cualquier norma moral o de cualquier otro tipo, la de torcer y doblegar las instituciones a su arbitrio, que se expresa eficaz y certeramente en la pretensión de sacar adelante la operación “como sea”. La asimilación que ha hecho este sábado en la COPE el presidente de Endesa, Manuel Pizarro, de la complicidad del Gobierno con una empresa para adquirir y absorber a la líder en los casos de la OPA sobre Endesa y del antenicidio, es exacta.
 
No dejemos de lado el secretismo de los movimientos de José Luis Rodríguez Zapatero en este asunto. Ya celebró una reunión en secreto con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, justo antes de que esa institución devolviera la decisión sobre la OPA al propio Zapatero. Alguien pensará que lo de esconder su sonrosada cara ante los ciudadanos cuando está conspirando contra ellos es por vergüenza. No será la que le faltó a Montilla para decir que él y Zapatero no hablaron con su anfitrión Fornesa de la OPA. En cualquier caso, Zapatero ya estaba dando la cara ante quienes sirve: el conglomerado político-económico nacionalista, que tiene la OPA de La Caixa sobre Endesa, vía Gas Natural, como objetivo.
 
En todo este asunto no podemos dejar de lado una consideración, y es porqué ese interés por tomar el control de Endesa. Es conocida la obsesión de los políticos por controlar la energía, con la que pueden a su vez controlar en parte la economía y la propia sociedad. El afán nacionalista y socialista por el control social, que impregna el texto del nuevo Estatuto catalán, tiene en la toma de Endesa una nueva manifestación.

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