Creer que la promesa de más privilegios puede tener algún recorrido es como creer que se puede curar a un alcohólico garantizándole el suministro diario de alcohol. Por supuesto que no. Así, lo único seguro es que todo irá a peor.
La actuación del Estado de Derecho en Cataluña ha causado entre los dirigentes separatistas y sus seguidores la reacción que provoca entre los niños mimados que sus papás les digan un día que no.
El golpe de Estado nacional-catalanista podrá perder esta batalla, pero si el Gobierno sigue dejando TV3 en manos de los golpistas, tarde o temprano perderá la guerra.
Las universidades norteamericanas se han convertido en la punta de lanza de la ideología de género, las políticas de identidad y casi cualquier otra bazofia políticamente correcta que nos podamos imaginar.