Vox repite la estrategia empleada en Castilla y León de advertir, tanto al PP como a los electores, que no renunciarán a entrar en el gobierno de Andalucía en ningún caso. Incluso en el supuesto improbable de que Juanma Moreno sume más que toda la izquierda junta, los de Abascal avisan que no se repetirá el caso de Madrid.
"No habrá votos gratis, ni siquiera la abstención", ha dicho el vicepresidente político del partido, Jorge Buxadé, en una rueda de prensa desde la sede nacional del partido ante la posibilidad de que el PP exija su apoyo sin entrar en el gobierno.
Buxadé ha aprovechado para reiterar su exigencia de reclamar "respeto" para sus votantes, como ha hecho en numerosas ocasiones el líder de Vox, Santiago Abascal. "De la misma manera que en Castilla y León dijimos respeto, ahora mucho más", ha advertido.
Entrar en el gobierno a toda costa
Santiago Abascal ha arrancado la precampaña en Andalucía empleando la misma táctica que en Castilla y León, pidiendo a los andaluces que no voten a Vox si esperan que regale sus votos al PP. "Vamos a decidir las políticas andaluzas de los próximos cuatro años desde el gobierno", ha insistido en aclarar Buxadé.
Vox no da credibilidad alguna a las encuestas que les sitúan por debajo de los 20 escaños coincidiendo, precisamente, con el nombramiento de Macarena Olona como candidata y la polémica de su empadronamiento. De hecho, tal y como contó Libertad Digital, detectaron todo lo contrario, que este hecho les había permitido crecer dos puntos en intención de voto.
"Es una cuestión de método científico, las encuestas nunca han acertado", ha dicho el vicepresidente político del partido con ironía al ser preguntado al respecto. En su opinión, su única voluntad es la de "dirigir el voto". Como prueba, recuerdan la capacidad de convocatoria de su partido que reunió a más de 3.000 personas en cada uno de los mítines que celebró el pasado fin de semana en Andalucía.
Vox no descarta que, llegado el momento, Juanma Moreno intente pactar con el PSOE antes que con su partido pero se muestran convencidos de que "la realidad se acabará imponiendo" y podrán gobernar, mostrándose convencidos de poder hacerlo, incluso, desde la presidencia, gracias al tirón de Olona.