
La Guardia Civil inspecciona estos días una finca olivarera de Villacarrillo (Jaén) que es propiedad del empresario agrícola Ginés Vicente, en el marco de la investigación de la desaparición del temporero senegalés Ibrahima Diouf, de 32 años, del que no se sabe nada desde el 5 de enero de 2021. El patrón ya fue investigado por un caso similar hace unos años, aunque resultó absuelto por falta de pruebas. Sí fue condenado -sin embargo- por explotación laboral.
Las nuevas pesquisas abundan sobre las realizadas la semana pasada en otros inmuebles del sospechoso, en los que agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) recogieron vestigios para su análisis. Se investigó un garaje y una propiedad que contiene un pozo, por lo que fue necesaria la participación de perros del servicio cinológico, así como miembros de los grupos de Actividades Subacuáticas (GEAS) y de Rescate Especial de Intervención en Montaña (Greim).
Todo a que apunta a que los investigadores creen que la clave del caso se encuentra en las propiedades del patrón para el que trabajaba Diouf, ya que -según han contado sus compañeros de faena- tuvo un importante desencuentro con él antes de su desaparición. No obstante la subdelegada del Gobierno en Jaén, Catalina Madueño, ha señalado que es importante "tener prudencia", teniendo en cuenta que la investigación continúa abierta.
Similitudes entre los casos
Vicente fue investigado por la desaparición de otro temporero en diciembre de 2013. En esta ocasión, un maliense de 22 años que recogía aceituna para él. Los agentes del caso siempre sospecharon del patrón. Llegaron a encontrar unas orejeras de Tidiany Coulibaly con material genético del empresario en la finca Las Moratillas. Una propiedad en la que el desaparecido nunca había trabajado. Ese hecho llevó precisamente a la detención del patrón, pero en el juicio fue absuelto por falta de pruebas.
Según contó en su momento Europa Press, se perdió su rastro después de que él y otros inmigrantes de su cuadrilla tuvieran una discusión con empresario agrícola, a cuenta de sus condiciones laborales. Los compañeros de Coulibaly relataron a los investigadores que el desaparecido había encabezado la protesta al patrón para reclamarle que les pagara un salario digno.
Absuelto por falta de pruebas
En 2016, Vicente fue juzgado -entre otros delitos- por explotar a trabajadores inmigrantes y haber hecho desaparecer a uno de ellos. El acusado fue absuelto del delito de detención ilegal de Tidiany Coulibaly pero fue condenado a un año de cárcel y el pago de una multa de 4.200 euros por un delito contra los trabajadores. La Sección Segunda de la Audiencia de Jaén consideró probado que "eran explotados".
También se le impuso una condena de un año y medio de prisión así como una multa de 6.000 euros por un delito contra la Administración de Justicia, y al pago de otra sanción económica de 1.200 euros por defraudar fluido eléctrico, abasteciendo una de sus propiedades a través de un enganche ilegal.
Polémica entrevista a Interviú
Lejos de achantarse por su imputación en el caso, Ginés Vicente concedió una polémica entrevista a la revista Interviú apenas unos días antes de que el tribunal dictara sentencia. Se presentó como una víctima. Llegó a decir: "Aquí el negro soy yo". "Sé que me van a condenar, porque yo ya sido condenado", sentenció. Él creía que nada tenía que hacer contra "el negrito desmayado que acusa al empresario".
De los inmigrantes que trabajan para él dijo: "Estos chavales me inspiran compasión, pero en el fondo nadie les obliga a estar aquí". Además, aseguró que "tienen dinero, porque no gastan y nosotros les damos hasta la ropa que llevan". "Hay gente de los nuestros que lo está pasando mal y son incapaces de pedir un kilo de garbanzos", añadió, "pero esta gente se pone mil veces en la cola para pedir".

