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Andalucía

Los pasos del 'cura depredador' que precipitaron su detención

El padre Francisco denunció por robo a su ex novia, quien entregó a la policía las grabaciones de las agresiones sexuales a mujeres inconscientes.

El padre Francisco denunció por robo a su ex novia, quien entregó a la policía las grabaciones de las agresiones sexuales a mujeres inconscientes.
El padre Francisco puso en bandeja su arresto, sin saberlo. | REDES SOCIALES

El padre Francisco, de 34 años, fue detenido el pasado 11 de septiembre. La Policía Nacional le atribuye (de momento, porque los agentes encargados de la investigación están convencidos de que puede haber más casos) cuatro agresiones sexuales y cinco delitos contra la intimidad. No hay constancia de abusos sobre una de las víctimas que aparece en las grabaciones.

Las acusaciones se fundamentan en el contenido que había en un disco duro que una mujer, que se identificó como su pareja, entregó en dependencias policiales a finales de agosto. En ese momento arrancó la que bautizaron inicialmente como ‘Operación Pájaro Espino’, y que después pasó a ser la ‘Operación Nun (monja, en inglés)’.

Los investigadores examinaron minuciosamente las cinco carpetas que había en el dispositivo de almacenamiento portátil e identificaron a las víctimas. Había decenas de archivos del cura ‘practicando sexo’ con mujeres en estado de inconciencia, situación que aprovechaba para agredirlas sexualmente y grabarlas. Curiosamente, estaban clasificados por sus iniciales.

Esto facilitó la tarea de la policía, que dio con ellas siguiendo el rastro que sus movimientos dejaron en redes sociales. Las víctimas eran adultas y de su círculo de amistades. El primero de los abusos almacenado en el mencionado disco duro se habría producido en 2017, el mismo año en que el padre Francisco fue ordenado sacerdote.

Las cinco mujeres han asegurado que no tenían conocimiento de las imágenes ni eran conscientes de haber sido víctima de ningún delito sexual. Todo apunta a que el cura se aprovechaba del clima de confianza y suministraba a sus víctimas algún tipo de sustancia que anulaba su estado de consciencia para acometer los hechos.

Los agentes seguían de cerca los pasos del cura, pero aún quedaba algún fleco suelto que él -sin saberlo- ayudó a atar. El 6 de septiembre, Francisco acudió a comisaría para presentar una denuncia contra su ex novia, la mujer de Melilla que había entregado las grabaciones de las agresiones sexuales. Según declaró, ella había sustraído 3.000 euros y material informático de su casa.

De esa manera, el sacerdote confirmó a los agentes que era suyo el disco duro que la feligresa, que fue pareja del religioso cuando éste residía en la ciudad autónoma, les había hecho llegar. El padre Francisco fue arrestado cinco días después en una vivienda propiedad de su madre (ex monja clarisa) en Vélez-Málaga, su ciudad natal.

Fue de madrugada. No estaba en el domicilio, así que los agentes esperaron pacientemente hasta que llegó. Les recibió -cuentan- con la cabeza agachada y en silencio, el que ha guardado todo este tipo, porque se ha negado a colaborar con la policía. Por otra parte, él acusa a su ex novia de haber actuado por despecho.

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