Las cismáticas de Belorado cobraron indebidamente "unos 15.000 euros" de la pensión de una monja fallecida

Cuando ya creíamos que las cismáticas de Belorado no podrían volver a sorprendernos, el pasado viernes salía a la luz otra de las presuntas irregulares cometidas por las exmonjas, excomulgadas y expulsadas de la vida consagrada el pasado 22 de junio: seguían cobrando la pensión de una hermana del cenobio que falleció en abril de 2022. Es decir, que habrían estado cobrando esta prestación durante cerca de tres años.

La comisión gestora, que administra las cuentas del convento desde que las exclarisas anunciaran su ruptura con Roma y el arzobispo de Burgos -Mario Iceta- fuese nombrado comisario pontificio por el Vaticano, lo descubrió "hace un par de meses". Según cuentan fuentes eclesiales muy cercanas al caso a Libertad Digital, se dieron cuenta de que estaba entrando una pensión que no era de ninguna de las residentes en el monasterio burgalés.

Tal y como sospecharon, se trataba de la cantidad que percibía una monja ya fallecida. La religiosa procedía del convento de Derio, pero pasó "bastante tiempo" en el Monasterio de Nuestra Señora de Bretonera en Burgos antes de morir. Falleció el 21 de abril de 2022, a la edad de 94 años. La cantidad que las cismáticas habrían cobrado indebidamente desde entonces asciende a "unos 15.000 euros", nos indican.

Lamentablemente, no serán las exmonjas quienes subsanen lo que han tachado de "error" en las declaraciones que han hecho desde el viernes. Es la Federación de Clarisas de Nuestra Señora de Aránzazu quien va tapando todos los agujeros que las cismáticas y -sobre todo- su líder, la exabadesa que continúa aferrada al cargo, han dejado en los monasterio de Belorado, Derio y Orduña.

Sin incluir los 15.000 euros de la pensión de la hermana fallecida y la multa que su cobro indebido durante casi tres años pudiera acarrear, la federación ya habría proporcionado 225.000 euros para hacer frente a los gastos y obligaciones perentorias de los conventos. Cabe recordar que cuando el comisario pontificio empezó a tutelar sus cuentas apenas contaban con 6.000 euros, entre todas ellas. Las cismáticas estaban sin blanca.

Otras irregularidades

La comisión gestora informó hace unos meses de algunas de las presuntas irregularidades en las que las exmonjas habrían incurrido una vez que hicieron pública su declaración de cisma y el comisario pontificio asumió la gestión de los tres monasterios. Entre ellas, el desvió de ingresos relacionados con los convento que se habrían estado desviando a cuentas personales, de las exreligiosas o de sus familiares.

Entre otras cosas, tenían constancia de la venta de "ornamentos litúrgicos" que había en los monasterios, a través de los portales Wallapop y Todocolección. Según informó El Diario de Burgos, las casullas estaban anunciadas a 250€ y lo que percibieron por las operaciones fue a parar a la cuenta "de un pariente próximo".

Por otra parte, en el comunicado emitido por Archidiócesis de Burgos se explicaba que "en julio de 2024 la exabadesa (Laura García de Viedma, exsor Isabel de la Trinidad) suscribe un anexo de contrato de arrendamiento con terceras personas de dependencias del Monasterio de Derio careciendo de representación y capacidad legal para realizarlo".

"No nos consta en las cuentas bancarias (que gestiona la comisión gestora) el ingreso de importe alguno por este arrendamiento", advertían. "Nuestros servicios jurídicos están estudiando el modo de proceder", añadía el documento, que —a pesar de todo— concluía con un nuevo ofrecimiento a "colaborar para su retorno al seno de la Iglesia católica".