
La biografía sentimental de Alejandro Sanz, no publicada hasta la fecha, cubierta de capítulos con sus esposas, amantes y muchos romances, sitúa al cantautor como uno de los seductores más relevantes entre los muchos galanes de la música pop melódica, como si fuera protagonista de algunas de sus creaciones, aquellas que abundan en lo de siempre, amores y desamores. Y Alejandro ha vivido esa inestabilidad permanentemente. Por lo sabido, en casi todas sus aventuras ha sido él quien ha roto sus vínculos con sus parejas. La última, una actriz y modelo valenciana, Candela Márquez, con la que en este mes de noviembre su relación está en el aire y, parece que han roto definitivamente. A sabiendas que ya meses atrás vivieron una trifulca a punto de separarse.
Lo cierto es que pocas semanas atrás, durante la entrega de los Grammy Latinos celebrada en Las Vegas, donde él obtuvo dos importantes galardones, imponiéndose en uno de ellos a quien parecía favorita, Aitana, se echó de menos la presencia de Candela, quien solía comparecer con Alejandro en otros eventos musicales.

Quienes husmean a menudo con esas vidas medio rotas confirmaron que ya hacía unos meses que ambos ya no se comunicaban a través de Instagram y otras redes sociales, lo que hacían a menudo dados los continuos desplazamientos del cantante, o el trabajo de ella, últimamente interviniente en la serie de Antena 3 "La encrucijada". Y así se descubrió aparentemente el pastel: que Alejandro y Candela habían tarifado.
No ha habido confirmación de la pareja. Y se ha especulado con una más que posible razón del distanciamiento. Causa de los celos, más o menos infundados. Lo cierto es que a Candela Márquez le supo "a cuerno quemado" la escena que sucedió este pasado verano en un escenario de Miami donde actuaba Shakira. Estaba presente en las primeras filas Alejandro, muy amigo de la artista colombiana. En un momento en el que ella citaba la presencia del español, éste subió hasta donde se encontraba actuando Shakira, y le estampó un sonoro ósculo, que ella recibió con agrado, apasionadamente durante un par de minutos.
Aquella imagen no ha podido borrarla de la memoria desde entonces la celosa Candela, suponiendo, erróneamente, que entre su enamorado y Shakira hubiera "algo más" que una amistad entre colegas. Cuando ella vive su vida y no pendiente de la de Alejandro. Desde que se separó de Gérard Piqué ha tratado de ordenarla con sus hijos en Miami y aunque se la vinculó recientemente con un antiguo novio argentino, Antonio de la Rúa, hijo de un presidente de la nación, los rumores no se han confirmado, a pesar de que se haya dicho que hay un galán detrás de ella, sin identificarlo. A propósito del casoplón que Shakira compartió con su ex en Esplugues de Llobregat, ya se ha sabido que ha sido comprado por Lamine Yamal, la estrella del Barça, por la friolera de doce millones de dólares. Muchos nos parecen, pero así se desprende de la vida de lujo que lleva este jugador jovencísimo, que aún no ha cumplido los veinte años.
Retornando a la pareja Alejandro-Candela, se recuerda que la primera vez que se encontraron fue hacia el otoño de 2023, en la fiesta de cumpleaños de Paco León. Alrededor de veinte años de diferencia, cuando él ha cumplido cincuenta y seis. Arrastraba Alejandro una lista larga de conquistas cuando ella había dejado a su novio, un mexicano llamado Luis "Potro" Caballero. Candela Márquez abandonó Valencia para radicarse en México, donde se hizo conocida a través de varios culebrones televisivos. Su reencuentro con Alejandro Sanz fue un flechazo y durante 2024 sellaron su convivencia, que se ha mantenido hasta fechas muy recientes. Él está embarcado en una gira mundial durante el próximo 2026, "Y ahora, qué", en un momento dulce de su ya larga carrera, como se ha testimoniado en los comentados Grammy. Si bien continúa siendo un referente del pop hispano en muchos países, su vida íntima no acaba de estabilizarse. Acaso él la prefiere así, como si en sus relaciones con mujeres lo hiciera como en el juego de la oca. Ya saben: de oca en oca y tiro porque me toca.
A los seductores como Alejandro Sanz no se le pueden aventurar amores que lo lleven a poner fin a sus conquistas y sentar un hogar definitivo con la pareja que lo consiga. Vive su vida, sea o no desordenada del todo, y así es feliz a su manera, como cantaba Frank Sinatra.

