
La reina Sofía ha asistido al tradicional concierto en la Catedral de Palma que la entidad ‘Projecte Home Balears’ celebra anualmente para recaudar fondos y así financiar los programas de tratamiento y prevención contra las adicciones. Una entidad con la que la reina Sofía está comprometida debido a la gran amistad que le une con su fundador, el sacerdote mallorquín Tomeu Catalá.
Un concierto que se celebra desde 2007, y que ha estado a cargo de la Orquestra Sinfónica de las Illes Balears y la Coral de la UIB, bajo la batuta del director Pablo Mielgo, que han interpretado el Réquiem de Fauré, una composición musical que se estrenó para una misa fúnebre el 16 de enero de 1888.
Un concierto al que también ha asistido la presidenta del gobierno balear Margalida Prohens, el presidente del Parlamento balear, Gabriel Le Senne, el presidente del Consell de Mallorca Llorenç Galmés o el alcalde de Palma, Jaime Martínez.

A diferencia del año pasado, no ha estado presente la princesa Irene de Grecia, debido a los problemas de salud que le acompañan en los últimos tiempos. Para esta ocasión, la reina Sofía ha lucido un sobrio traje de chaqueta negro del que destacaba un gran broche dorado y pantalón acampanado del mismo color, combinado con un top blanco.
Después de unos días en la isla, la reina disfrutará de la Semana Santa en Sevilla. Tal y como ha desvelado la revista 'Hola', doña Sofía asistirá a una de las procesiones más relevantes de la capital hispalense, ‘la Madrugá’. Doña Sofía "ha mostrado interés por la salida de La Macarena, la Virgen con más devotos (coronada canónicamente en 1964), y por los pasos de Jesús Nazareno (abraza la Cruz al revés) y la Virgen de la Concepción, de la hermandad de El Silencio, la más antigua de Sevilla con más de cinco siglos de existencia".
El año pasado la reina Sofía, acompañada de su hermana la princesa Irene, acudió al desembarco de la Legión y posterior entronización del Cristo de la Buena Muerte (Cristo de Mena) durante la mañana del Jueves Santo, donde coincidió con Antonio Banderas y su pareja, Nicole Kimpel, así como con el alcalde de Madrid José Luis Martínez-Almeida y su por entonces novia, Teresa Urquijo. Al día siguiente regresó a Madrid donde acudió a la procesión del Cristo de los Alabarderos, acompañada de su hermana y de la infanta Cristina.
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