Muere Catalina, duquesa de Kent, la royal atípica que se convirtió al catolicismo y trabajó de incognito como maestra

Katharine Lucy Mary Worsley, duquesa de Kent, ha fallecido a los 92 años después de una larga enfermedad tal y como ha anunciado el palacio de Buckingham: "Con profundo pesar, se anuncia la muerte de Su Alteza Real la Duquesa de Kent. Su Alteza Real falleció pacíficamente anoche en el Palacio de Kensington, rodeada de su familia. El Rey, la Reina y todos los miembros de la Familia Real se unen al Duque de Kent, sus hijos y nietos para lamentar su pérdida y recordar con cariño la devoción de toda la vida de la Duquesa a todas las organizaciones con las que estuvo asociada, su pasión por la música y su empatía por los jóvenes".

Catalina estaba casada con el príncipe Eduardo, duque de Kent, hijo del príncipe Jorge de Kent y de la princesa Marina de Grecia y Dinamarca, y por tanto, uno de los primos-hermanos más queridos de la reina Isabel II, al igual que sus hermanos Alejandra y Michael, así como a su otro primo, Ricardo, duque de Gloucester. Eduardo, siempre fue considerado como "mano derecha" de la reina.

A pesar de las reticencias iniciales de su suegra, Marina de Grecia, que deseaba a una mujer de linaje real para su hijo mayor, Eduardo, al final la elegida fue Catalina Worsley, una plebeya hija de un baronet y descendiente de Oliver Cromwell, y que la prensa calificó despectivamente como "la chica de Yorkshire".

Finalmente el príncipe Eduardo obtuvo el permiso de la reina Isabel II para casarse y lo hizo el 8 de junio de 1961 en la catedral de York, que no acogía una boda real desde hacía seiscientos años

La boda donde se conocieron Don Juan Carlos y Doña Sofía

Para esa ocasión, la novia lució un vestido de John Cavanagh confeccionado con más de 250 metros de seda, de escote redondeado, mangas ajustadas, falda voluminosa estilo princesa y cola de cuatro metros. Lució una tiara "bandeau" de estilo art déco de diamantes y perlas, regalo de la princesa Marina y que perteneció a la reina María de Teck. Fue precisamente en esta ceremonia, donde se conocieron Don Juan Carlos y Doña Sofía, y a la que también asistió la reina Victoria Eugenia. El protocolo de la boda sentó a D. Juan Carlos y su padre, D. Juan de Borbón, junto a Constantino y Sofía de Grecia. La propia reina Sofía le confesaría a la periodista Pilar Urbano: "Por una vez, el protocolo hizo bien las cosas".

El matrimonio se estableció en Anmer Hall, en Sandringham y tuvo tres hijos: George, conde de St Andrews, Lady Helen y Lord Nicholas, que también se convirtió al catolicismo por el que perdió su derecho de sucesión al trono. Los duques han tenido un total de diez nietos.

La duquesa de Kent sufrió una severa depresión a causa de la muerte de su cuarto hijo, que nació sin vida, un hecho que la marcó profundamente.

La royal que se convirtió al catolicismo y que fue maestra de música

En 1994 decidió convertirse al catolicismo, siendo el primer miembro de la familia real en hacerlo en más de tres siglos. La reina Isabel II, jefa de la iglesia anglicana, dio su visto bueno. Además, esta decisión no afectó a los derechos sucesorios de su esposo, que conserva su puesto en la sucesión al trono, actualmente el número 40. Aunque el matrimonio de los duques de Kent siempre fue discreto y sin escándalos, la conversión de Katharine distanció a la pareja.

En 2002 decidió dejó de utilizar el tratamiento de Alteza Real para volcarse en la música, su gran pasión, para ser docente. Durante 13 años trabajó de incógnito en una escuela de primaria donde era conocida como la "señora Kent" y a dar clases de piano cerca del palacio de Kensington, sin dejar de ejercer el servicio público a la Corona.

La última vez que fue vista en público fue con motivo del 89 cumpleaños de su marido, visiblemente desmejorada y en silla de ruedas.