
Cinco años después de instalarse en Estados Unidos, Meghan Markle y el príncipe Harry parecen haber dejado definitivamente atrás su vida como miembros activos de la realeza británica. El duque, que ya hemos visto como junto a su familia se está preparando para celebrar una de las festividades más emblemáticas del país, Halloween, ahora también disfruta de uno de los deportes más seguidos por los ciudadanos estadounidenses: el béisbol.
La pareja fue vista recientemente en un partido de los Dodgers en Los Ángeles, donde se mostraron relajados, sonrientes y, sobre todo, cómodos ante las cámaras. Aquella relación tensa que mantenían con la prensa en sus primeros años tras dejar la Casa Real parece haber quedado atrás. Hoy, su actitud es la de dos figuras públicas seguras de sí mismas, más próximas al perfil de celebridades de Hollywood que al de miembros de la monarquía.

En su aparición en el estadio, ambos optaron por un look informal y lucieron gorras del equipo de Los Ángeles, animando el partido como dos seguidores más. Harry parece haberse convertido en un apasionado del béisbol, mientras Meghan apostó por una combinación de blanco y azul marino, los tonos del equipo.
Durante su salida, los duques se mostraron completamente ajenos a las controversias que vuelven a rodear a la familia real británica. Las recientes informaciones sobre el príncipe Andrés y su vínculo con Jeffrey Epstein, a raíz de nuevas declaraciones de Virginia Giuffre, han reavivado la presión mediática en torno a la monarquía, aunque ya no afectan a los Sussex, alejados de las responsabilidades reales desde 2020.
Cuando llegaron a Estados Unidos, su prioridad fue la discreción. Pasaron una temporada resguardados en la casa que les prestó el actor Tyler Perry y luego se mudaron a su actual residencia en Montecito. En aquel entonces, conseguir una fotografía suya era todo un reto. Ahora, en cambio, son vistos con frecuencia en eventos y compromisos sociales, tanto de carácter privado como público.
Esto también es así con todo lo que rodea a sus hijos. Cuando se mudaron poco se sabía de ellos, el príncipe Archie de Sussex y la princesa Lilibet de Sussex eran dos figuras completamente desconocidas en todo lo que rodea a la Casa Real Británica. Ahora sin embargo, parece que la realidad es otra muy distntta.
Desde que Meghan Marckle se abrió Instagram a principios de este año, lo que parecía que iba a ser una cuenta exclusivamente de ella y de sus proyectos profesionales se ha vuelto una cuenta cada vez más personal, donde publica abiertamente videos donde aparece sus hijos de espaldas, hasta en alguna ocasión la prensa británica ha denunciado la publicidad encubierta que hace la duquesa a través de sus hijos "promocionando" productos de sus proyectos personales.
En su última publicación en las redes, hemos podido ver como la familia cogía calabazas para hacer las famosas caras en ellas y convertirlas en velas terroríficas. En el video se veía a sus dos hijos de espaldas, y muchos usuarios han reaccionado al ver a Archie "muy mayor", haciendo referencia a su altura, que ha llamado mucho la atención de las redes.
Lo que está claro, es que la familia se encuentra completamente ajena a lo que pasa en el otro lado del océano y cada vez lo quieren hacer más evidente.


