
Carmen Martínez-Bordiú deberá pagar al diseñador Alejandro de Miguel la cifra de 47.200 euros, cantidad a la que se deberán añadir costas e intereses, debido a nada menos que 70 trajes de bailes encargados en 2010 para el espectáculo Bailando con Carmen, y que la nietísima no habría pagado.
Tal y como publica Terra , Bordiú, ahora en la prensa rosa también por su romance con el apodado "rey de la chatarra", alegó en el juicio que nunca hubo un acuerdo formal con De Miguel, y que de hecho el musical finalmente nunca vio la luz debido a la crisis económica. No obstante, el juez ha considerado un hecho probado que sí hubo un encargo formal y que por lo tanto Bordiú debía ese importe a los diseñadores.
De Miguel ha reconocido que la experiencia ha sido de las peores de su carrera y que por eso mismo se ha decidido a hacerlo público. El toledano ha trabajado para la reina Sofía, María Teresa Campos o Nieves Herrero.
Bordiú se puso en contacto con el diseñador tras participar en el concurso Mira quien bailla. Acudió a su taller con el que fuera su pareja y marido, José Campos, y negoció con el diseñador un precio de partida de 40.000 euros. Se trataba de un precio "simbólico" ya que estaba muy por debajo del coste real de los 70 trajes que pretendía Bordiú.
La nietísima estuvo en contacto con el diseñador durante todo el proceso, pero una vez estos estuvieron terminados, ésta se trasladó en París sin dar más explicaciones. El modisto intentó negociar un contrato de imagen para conseguir que Bordiú le abonase los trajes, pero la idea tampoco tuvo éxito.
Una versión que el juez ha considerado más verosímil que la de Bordiú, que alegó que De Miguel quería que ella fuera la imagen de la firma y que ante la imposibilidad de pagar su caché, se negoció la elaboración de los vestidos, sin que ella llegase nunca a firmar nada. Martínez-Bordiú afirma que De Miguel debería haberse dado por pagado por llevar sus creaciones a la boda de Rafa Medina y Laura Vecino, así como otros actos públicos, una publicidad que ésta estima en 200.000 euros que el toledano le debería a ella, si hubiera tenido que pagarle por ello. Una versión que el juez ha desestimado.
