El desván de Alaska
Tita sin el Barón
La semana pasada revisamos la vida de la Baronesa Thyssen. Hoy repasamos la vida de Carmen Cervera más allá de su relación con el Barón.
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De Miss Cataluña a Miss España
En 1961 la joven Miss Cataluña se proclamó Miss España con su corona de cartón y ante unas cortinas de raso que necesitaban un poco de plancha.
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Mujer de Tarzán
En 1965 se casó con Lex Barker, uno de los tarzanes del cine de Hollywood. Impecablemente vestidos para la ceremonia o en traje de baño, fueron una de las parejas modernas de la época.
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España
Nunca abandonaron del todo la vida en España. Lex Barker era un aficionado a la arquitectura y construyó en San Feliú de Guixols la casa Mas Mañanas, que continúa siendo propiedad de Tita tras la temprana muerte del actor.
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Musa de la transición
En la época del destape nacional Carmen regaló a los españoles unas cuantas alegrías.
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No negó nada
Esa época más relajada en las costumbres coincidió con el segundo matrimonio de Carmen, esta vez con Espartaco Santoni, invalidado por la bigamia del caballero. Un hombre simpático que no dudó en contar con pelos y señales su relación con las mujeres en su autobiografía No Niego Nada.
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Vacaciones y vida familiar
En ningún momento Carmen ha sido tímida a la hora de disfrutar de la playa y ser captada por los fotógrafos, incluso después de convertirse en baronesa. Tampoco se alejó en ningún momento de su núcleo familiar más cercano, su hijo Borja y su madre.
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Amante de los animales
Tita, aunque usa unas pieles de infarto, no duda en defender los derechos y el bienestar de los animales colaborando con asociaciones como Baas Galgo o amadrinando a un precioso burrito al que llamó Gaugin.
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Coleccionista
Desde su matrimonio con el barón, Tita comenzó a cimentar su propia colección, hoy en el museo Carmen Thyssen de Málaga. Aquí la vemos presentando su colección privada en Tokio en 1998.
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Quiero ser mamá
Como en la canción de Almodóvar & McNamara, Carmen quiso ser mamá de nuevo. Lo consiguió en el 2006 mediante un vientre de alquiler en los Estados Unidos. Gracias a la revista ¡Hola! asistimos cada año a los progresos y estirones de Sabina y Carmen.
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