Cuando Obama visitó a Antonio Banderas en su casa
Tal y como ha confesado Antonio Banderas, Bill Clinton también compartió mesa y mantel.
Aprovechó muy bien Antonio Banderas las dos semanas que permaneció en España, de procesiones en la Semana Santa malagueña como costalero y cofrade en la Hermandad del Cautivo, dando los últimos retoques a la casa que se ha comprado y que compartirá con su único hermano, a la vez que en Madrid mantenía encuentros con diversos periodistas para promover una de sus últimas películas, Altamira, en su papel de Marcelino Sautuola, descubridor de las cuevas rupestres santanderinas. Una de las cosas que me llamaron la atención de él, evocando algunos aspectos de la vida en los Estados Unidos fue su encuentro con el Presidente de la nación más poderosa del mundo: "Obama estuvo en mi casa cuando inició su segunda campaña electoral",
La casa de Antonio Banderas que compartía con Melanie Griffith es una mansión de estilo renacentista italiano y al divorciarse, la pusieron en venta por la mareante cifra de quince millones de euros. Situada en un privilegiado valle de Los Ángeles, hasta allí acudió el primer mandatario norteamericano. Anecdóticamente, los organizadores de esa visita convinieron con el Presidente y el actor español una contraseña, a efectos de seguridad: "El Zorro". Recordarán que es el personaje de leyenda que Antonio Banderas protagonizó cuando ya era muy reconocido en Hollywood. Los asesores de Barack Obama qué duda cabe estaban al corriente de la influencia de nuestro compatriota entre las familias hispanas de los Estados Unidos y el motivo de aquella reunión no era otro que compartir con Antonio Banderas como anfitrión un encuentro con centenar y medio de líderes latinos, que contribuirían con agrado a apoyarle al comienzo de su segunda campaña presidencial. Todo esto resulta natural en ese inmenso país.
Nada que ver con aquellas apariciones de nuestros cómicos con el peor Presidente de nuestra historia, una "troupe" bautizada como "los de la zeja", así con zeta, como el apellido de quien es mejor no nombrar. Y Obama ha tenido siempre la deferencia de invitar a Antonio Banderas a algunas fiestas en la Casa Blanca, lugar que no era desconocido para éste: ya estuvo cenando anteriormente una vez con Bill Clinton en una memorable velada, acompañado de Melanie y aquel también de Hillary. Mesa y mantel para cuatro. Y en un aparte, Presidente y galán compartiendo confidencias, como la que Clinton le susurró, acerca de que las paredes oyen, incluso en las habitaciones privadas de aquella residencia. Antonio se sintió aquella noche inmensamente feliz porque admiró siempre a Clinton y éste le contó algunos secretos, que por supuesto entendió eran "off the record". Por mucho que dudara cómo presentarse, qué decir, pensó lo más sensato, muy agradecido: "No se rechaza una invitación del Presidente de los Estados Unidos".
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