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Estrella Morente y el torero Javier Conde, 20 años de felicidad sin necesidad de la polémica de 'OT'

Estrella Morente ha causado polémica por su defensa taurina en Operación Triunfo. Ella vive al margen de polémicas con su marido Javier Conde, torero.

Estrella Morente ha causado polémica por su defensa taurina en Operación Triunfo. Ella vive al margen de polémicas con su marido Javier Conde, torero.
Javier Conde y Estrella Morente | Cordon Press

Aún colea la intervención de Estrella Morente en Operación Triunfo donde tras interpretar el tango "Volver" (en su día prestó su voz a Penélope Cruz para la película de Almodóvar) añadió unos versos taurinos de José Bergamín. Estrambote con el que la gran cantaora reivindicaba nuestra fiesta brava. A los consabidos denuestos antitaurinos les han respondido con las razones de siempre muy ponderados comentaristas. Lo que eché de menos en algunos de éstos fue que no mencionaran el nombre de Javier Conde, matador de toros malagueño, con el que Estrella Morente lleva casada casi dos decenios.

La pareja contrajo matrimonio ante la imagen de la Patrona de Granada, en la Basílica de Nuestra Señora de las Angustias. Era el 14 de diciembre de 2001. Acontecimiento popular en la capital de la Alhambra porque los Morente siempre han sido muy queridos en su tierra. Este año, también hará diez años en diciembre que el patriarca, Enrique Morente, un maestro del cante, se fue de este mundo tras una intervención quirúrgica. Sufrieron mucho sus deudos y hasta denunciaron al cirujano que operó al cantaor y a su equipo facultativo. Pero el juicio les fue desfavorable. No pensaban que la enfermedad de Enrique lo llevara a ese triste final tan tempranamente. Desde entonces, Estrella y sus hermanos no han hecho otra cosa que reivindicar la figura paterna.

Estrella Morente conoció al torero poco tiempo después de que él rompiera su convivencia con la también cantante Marta Sánchez. Formaron una pareja muy perseguida por los reporteros de las revistas rosas, aunque a Javier no le gustaba ser al lado de Marta una especie de adosado: era consciente de que quien despertaba ese interés era ella, pues a él sólo lo conocían en los ambientes taurinos, y ni siquiera como primera figura. Por eso, por sus discusiones, porque el diestro necesitaba estar siempre concentrado, el caso es que dieron fin a su larga relación. Y entonces apareció en su vida Estrella Morente, bellísima, de carácter muy diferente al de la que fuera vocalista de Olé-Olé. De cómo se hicieron novios hay declaraciones de ambos. Estaban en una bodega del Puerto de Santa María, en cuya legendaria plaza había toreado esa tarde Javier Conde. Estrella cantó para Javier. Y también Enrique Morente. "Javier estaba acobardado, no se atrevía a hablar, hasta que pidió mi mano a mi padre". Y el torero, asintió: "Yo me enamoré de Estrella a poco de conocernos, pero sí, me costó pedirle públicamente que fuéramos novios".

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Javier Conde y Estrella Morente | Cordon Press

La ceremonia nupcial, espectacular. Y la fiesta que siguió, con un convite en presencia de colegas del novio. Tendrían dos hijos, Curro y Estrella, fijando su residencia en Málaga, donde el torero ha ejercido de empresario de la Malagueta, tiene con su familia un restaurante muy popular y emprendió con su esposa un negocio hotelero en Ronda. Javier Conde cumplió cuarenta y cinco años el pasado 1 de febrero, en tanto Estrella de la Aurea Morente celebró los treinta y nueve en agosto. A veces han coincidido en la misma ciudad, él en los carteles taurinos y ella en los de alguno de sus espectáculos. Estrella empezó a cantar con muy pocos años, sin duda heredera de los genes artísticos de sus padres, hasta convertirse en una de las mejores cantaoras, ya veinteañera, que amén de brillar en el flamenco incluye en sus actuaciones un repertorio de coplas clásicas.

Como torero, Javier Conde responde a la línea de los matadores de arte, sólo que esa esencia la ha derramado irregularmente, muy de tarde en tarde y prácticamente está retirado, aunque su afición la mantenga en tentaderos, festivales o festejos en plazas de segunda o tercera. Así como Estrella Morente es una mujer llena de simpatía, sencilla, muy agradable en el trato, sin divismo alguno como hemos comprobado en más de una ocasión, Javier Conde es, o algo tímido o muy circunspecto, y hasta a veces desabrido, como aquel mediodía cuando quise saludarlo en el hotel almeriense que ambos ocupábamos y me dejó con la mano tendida en el aire: ni se disculpó, preocupado sólo con su móvil y cara de mala "milk".

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