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Free Britney: el martirio de Britney Spears se dirime en un juicio de resonancia mundial

El hashtag "Free Britney" se extiende como la pólvora. Britney no puede ni votar en las elecciones por el férreo control de su padre.

El hashtag "Free Britney" se extiende como la pólvora. Britney no puede ni votar en las elecciones por el férreo control de su padre.
Britney Spears | Cordon Press

Llega la hora de Britney Spears, cuyo juicio por la larga disputa que mantiene con su padre está ahora en desarrollo. Un caso más de las múltiples celebridades caídas en desgracia en Hollywood, por mucho que la cantante de "Oops, I did it again" , de 38 años, haya conseguido mantenerse en el candelero pese a los altibajos profesionales y, sobre todo, personales.

Ahora, un movimiento fan que ha alcanzado una notoriedad mundial pide su libertad bajo el hashtag "Free Britney". Pero no solo se da en las redes, sino también en las calles de Los Angeles donde se dirime un juicio que está cobrando una inesperada relevancia. Esta semana Britney, que sigue dando conciertos multitudinarios, tuvo que declarar a distancia en la corte en el juicio que dirime si continuar o no con la tutela a la que está sometida, sacando el movimiento a la calle.

La época inicial de Britney, con éxitos mundiales como el citado, parece sin embargo quedar lejos. Sobre todo porque su imagen de estabilidad personal y familiar hace tiempo que saltó por los aires. Que nadie se engañe: Britney Spears sigue facturando millones.

El juicio que se desarrolla estos días es casi histórico, con la cantante intentando desembarazarse para siempre de su padre y el abogado de éste, Andrew Wallet, acusados de aprovecharse de la fama y el dinero de su hija. El término judicial americano, "conservatorship", es tan contundente como la complicada realidad de la cantante y bailarina. En su momento casi nadie lo discutió, pero trece años después, las tornas parecen haber cambiado.

Según distintos medios, Britney, a quien se la declaró incapacitada por una grave crisis nerviosa acontecida en 2007, apenas recibe 1.500 dólares semanales de sueldo debido al estricto control que James Spears ejerce en sus finanzas. Él, a cambio de su labor, recibe un salario de 180.000 dólares anuales más una serie de abundantes "bonus" aprobados hace más de una década en los tribunales.

Para saber por qué el padre de Britney ocupa este lugar destacado en su biografía hay que retroceder más de diez años, cuando la joven cantante de "Womanizer" atravesaba sus peores momentos. Su proceso de destrucción fue gradual. En 2007 Britney protagonizó distintos escándalos por culpa de sus adicciones, provocando el interés y a la vez cierta burla de la prensa y el público, que dio por perdida al mito musical del pop. Ella, no obstante, seguía conservando una importante base de fans que la apoyaba.

La salida de este pozo tardó en llegar, aunque no ayudaron vergonzosos episodios como el de los Video Music Awards de ese mismo año, donde ni siquiera se sabía la coreografía.

Tales fueron las dificultades que al año siguiente los jueces fallaron en su contra. Britney quedaba entonces bajo la tutela de su padre, James Spears, quien pasó a tener poder de decisión absoluto en sus finanzas y otros muchos aspectos de su carrera profesional y su vida personal.

Ahora, 12 años después y con Britney -de 36 años-en una situación notablemente distinta, el padre sigue queriendo retener esos derechos, cosa que ella (y sus fans) consideran intolerable.

Sus fans han respondido bien. O mejor dicho, muy bien, hasta el punto de que el hashtag "FreeBritney" lleva camino de convertirse en la nueva etiqueta de moda tras las tumultuosas semanas del "Black Lives Matter". Miles y miles de seguidores piden la "liberación" de Britney y apoyan a la cantante con memes, fotografías, frases de apoyo… Quien tuvo, retuvo.

"38 años. No puede conducir, subir fotos, tener una cita, pasear, sacar música, grabarse ni hablar sobre algo sin permiso. Pero sí puede generar una fortuna. Ojalá hoy sea libre. Te quiero", dice uno de ellos en Twitter, resumiendo a la perfección la situación. Otros recuerdan frases del documental For The Record (2008) hoy se encuentran más vigente que nunca.

Sus fans van más lejos y acusan a Jamie Spears de explotación tanto en los términos de su relación actual como -atención- cuando Britney era una joven estrella infantil con toda una carrera en ciernes. Un caso que podría perderse entre tantos otros de actores o cantantes infantiles en Los Angeles, pero que resulta relevante por ser el de Britney. Ella, que vendió y ganó millones a los 18 con su primer single, a sus 38 años actuales ni siquiera puede votar en las elecciones. Su padre, Jamie, trata de prolongar esta situación.

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