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Patrick Schwarzenegger, la nueva esperanza de la familia Kennedy

La maldición de los Kennedy sobrevoló de nuevo sobre este desgraciado clan. Ahora, el hijo de Schwarzenegger puede acabar con ella.

La maldición de los Kennedy sobrevoló de nuevo sobre este desgraciado clan. Ahora, el hijo de Schwarzenegger puede acabar con ella.
Arnold y Patrick Schwarzenegger | Cordon Press

La dinastía Kennedy, sembrada de dolor y "glamour", de influencia en la política norteamericana por el poder de sus antepasados, tiene ahora una nueva generación de "cachorros", que viven ajenos al sueño de alcanzar la Casa Blanca. Eso sólo ocurrió una vez con John Fitzgerald, lo asesinaron. Y su puesto pudo ocuparlo su hermano Robert, Ministro de Justicia de su gabinete, quien también cayó bajo las balas de un demente. Quedaba Edward, quien hubiera perfectamente podido llegar a la Presidencia, pero un estúpido accidente en el que murió su secretaria, bajo las aguas de un lago, sin que él pudiera defenderse por no auxiliarla, quebró todas sus posibilidades políticas. Ni siquiera John-John, hijo del primero de los antes citados hermanos Kennedy, quiso aspirar a la sucesión de su progenitor: llevó una vida de lujo, con negocios relacionados con el periodismo, para acabar siendo víctima de un desgraciado accidente cuando pilotaba su propia avioneta.

La maldición de los Kennedy sobrevoló de nuevo sobre este desgraciado clan. El resto de los sobrinos, primos, parientes de esa numerosa familia tan ligada a la historia contemporánea de los Estados Unidos, viven en general ajenos a la curiosidad pública. Sólo últimamente uno, Patrick Schwarzenegger, aparece de vez en cuando en las revistas por su condición de modelo y primerizo actor. Quienes sueñan todavía, dentro del Partido Demócrata, en situar a otro Kennedy en la carrera política han fijado la mirada en este joven rubio y bien parecido, de veintiséis años, nacido en Los Ángeles fruto del matrimonio del culturista, galán de cine y ex gobernador de California, Arnold Schwarzenegger y María Shriver, quienes se divorciaron en 2011.

La verdad es que, por el momento, Patrick no ha dado señales que indiquen su vocación por la política. Siendo niño iba a menudo con su padre a los rodajes. Recuérdese que Arnold Schwarzegegger, con su musculosa anatomía, protagonizó películas de gran éxito en todo el mundo, caso de Conan el bárbaro y Terminator. Ese mundo mágico del cine atrajo desde siempre al muchacho, quien no obstante es consciente de quiénes fueron sus antepasados, y sabe cuanto le aconteció al que fue su tío abuelo John F. Kennedy, al que cronológicamente no pudo conocer. Su abuela Eunice, era hermana del Presidente asesinado en Dallas.

Si en su hogar se ha hablado siempre de política, Patrick ha podido constatar las distintas ideologías de sus progenitores: su madre, por supuesto demócrata; su padre, austríaco nacionalizado en los Estados Unidos, republicano. El caso es que en los tiempos que corren, como muchos jóvenes de todo el mundo, "pasa" por el momento de involucrarse en "la cosa pública". Prefiere, entre otras posibilidades, dedicarse a los negocios: con sus trabajos como modelo y apariciones en cortometrajes, ha invertido en una cadena de "pizzerías", en otra de bebidas refrescantes y en unos gimnasios.

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La familia Schwarzenegger | Cordon Press

Tiene tiempo – y ganas – de divertirse. Con su buena planta y sus apellidos, no le han faltado bellas jovencitas a su lado. Entre sus novias, se cuenta con la modelo Gigi Hadid, a la que dejó para emparejarse con la conocida actriz Miley Cyrus, con quien convivió un año, hasta que en 2015 rompieron. Ella estaba muy enamorada. Y el muy "ligón" Patrick no tardó en buscarse otra guapa acompañante, que resultó ser otra modelo, la rubia Abby Champion, con la que de momento, continúa.

De vez en cuando ve a su padre. Arnold Schwarzenegger, que cuenta setenta y dos años y se muestra en plena forma, montando en moto o en bicicleta en estos meses del coronavirus. Eso cuando no conduce uno de sus muchos automóviles de colección. La política ya quedó atrás para él, que fue gobernador de California, como decíamos, entre 2003 y 2011. El cine sigue siendo, junto al deporte, sus dos grandes pasiones. Tiene en proyecto varias proposiciones para volver a los estudios cinematográficos. Por supuesto, en películas de acción. Será abuelo por vez primera dentro de unos meses. En otoño está previsto que su hija Katherine y su yerno, también actor, Chris Pratt, sean padres. Lo recuerdo con agrado cuando lo entrevisté en Madrid. Aunque al estar frente a él me sentí un enclenque, en seguida pude constatar que tras esa fachada estaba un hombre sencillo, sensible, y muy educado. De regreso a Los Ángeles me escribió una carta dándome las gracias por la entrevista que le hice. Sobre su hijo Patrick y la posibilidad de que se dedique a la política, no quiere pronunciarse. Parece que eso no le produciría ninguna alegría. Quizás es que tenga presente esa sabida maldición que ha perseguido siempre a los Kennedy como un fantasma.

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