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La boda de Isabelle, hija de Philippe Junot, con Álvaro Falcó

Philippe Junot, descendiente de políticos galos, debe su notoriedad al hecho de haber sido el primer marido de Carolina de Mónaco

Philippe Junot, descendiente de políticos galos, debe su notoriedad al hecho de haber sido el primer marido de Carolina de Mónaco
Philippe Junot, Álvaro Falcó e Isabelle | Gtres

Este sábado 2 de abril se casan Isabel Junot y Álvaro Falcó. Una de esas "bodas del año" como las suelen calificar las revistas del corazón. Tendrá lugar en el palacio de Mirabel, Plasencia, propiedad de la familia del novio. Allí su padres el marqués de Cubas (título que ha heredado, al morir su progenitor, víctima del coronavirus) también celebró sus esponsales con Marta Chávarri, tras la boda religiosa en la catedral placentina en 1982. Ni qué decir que el acontecimiento nupcial reunirá en aquella bella ciudad extremeña a buen número de invitados de las buena sociedad, como antes se decía. Ahora es usual echar mano de anglicismos y galicismos: influencers, sociliatés… Los académicos de la Lengua, "flipan". Los contrayentes se conocieron de manera casual en la estación invernal suiza de Gstaad en 2016, al saludarse confundiendo ella la identidad de él. Se dio cuenta de su error, le pidió perdón, se rieron mucho y, dos años después, al reencontrarse en Madrid, iniciaron su noviazgo que ahora se ve culminado en boda.

Sobre el contrayente, de treinta y ocho años, podemos decir que es un joven barbado, con un gran parecido a su padre, Fernando Falcó. Con él vivió casi toda su vida. El marqués de Cubas sólo lo tuvo a él como descendiente. Parecia un solterón recalcitrante, pero seductor de altos vuelos. No se olvide que protagonizó romances con espléndidas damas: la ex emperatriz Soraya, Odile Rodín, y en el ambiente más frívolo con Nadiuska, "La Contrahecha", María Grazia Bucella, Ornella Mutti...Sentó la cabeza al enamorarse de Mónica Prado y Colón de Carvajal, a quien dejó sorpresivamente cuando se ennovió con Marta Chávarri, hija del diplomático Tomás Chávarri y Matilde Figueroa, hermana de Natalia, por tanto sobrina política del cantante Raphael. La recuerdo en la boda de sus tíos en Venecia. Era casi una niña, a las puertas de la adolescencia, que en su juventud alardeó de su indiscutible atractivo. Iba a casarse con un arquitecto, planes que se torcieron cuando el marqués de Cubas, mejor pretendiente, se convirtió finalmente en su esposo.

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Álvaro Falcó, Tamara Falcó e Isabelle | Gtres

Hacia 1987, quinquenio más tarde de su enlace, las cosas no iban bien en la pareja. Tal vez por la diferencia de edad, o porque Fernando estaba muy dedicado a sus negocios, a la presidencia del Real Automóvil Club, el RACE, e Isabel quería atender las invitaciones que recibía el matrimonio y disfrutar de las noches de discoteca. En una de ellas, "Mau-Mau", fotografiaron a la pareja. Era la noche del 15 de junio de 1988. Y el autor de tales imágenes, cuando las reveló, se dio cuenta que la marquesa no llevaba bragas y se le veía… "casi todo". No se publicaron entonces aquellas fotos, sí tiempo después en la revista Interviú cuando hubo un terremoto político-financiero, que afectaba al banquero Alberto Cortina, a la sazón amante de Marta Chávarri. Parece ser que la publicación pagó por aquellas fotografías alrededor de dos millones de pesetas. Pero Marta Chávarri demandó a Interviú y un juez falló que el semanario indemnizara a la cuitada con treinta y cuatro millones de pesetas.

Cuando Fernando Falcó, el marqués, supo de aquel lío de su esposa y también del reportaje gráfico de ella y Cortina abandonando un hotel de Viena, sumado el caso con el otro de las fotos de Marta mostrando sus partes más pudendas, no tuvo más remedio que iniciar la demanda de divorcio. Su hijo Álvaro, como decíamos, se quedó a su lado. Ahora, en la boda de éste, suponemos estará su madre, Marta Chávarri, de sesenta y un años de edad, que ha vivido en los últimos tiempos alejada de las fiestas mundanas. Aquellos escándalos marcaron su futuro social. Aunque por lo contado no salió económicamente malparada.

En cuanto al padre de la novia, Philippe Junot, descendiente de políticos galos, debe su notoriedad al hecho de haber sido el primer marido de Carolina de Mónaco, con quien se casó religiosamente en 1978, contraviniendo el deseo de Raniero y Grace, sus padres, que veían al novio como un cantamañanas, cazador de fortunas. Por mucho que Carolina estuviera enamorada, su marido no defraudó a cuantas advertencias le había hecho su madre, la que fuera estrella de Hollywood. Coincidí con la pareja en el aeropuerto de Palma de Mallorca, un fin de semana que disfrutaron en un barco. Él, muy atractivo, con una cabeza que suele decirse es romana, no me pareció muy alto, en consonancia. Siempre fue un ligón y otro día volví a encontrármelo en otro aeropuerto, el de Málaga, cuando iba de la mano de la princesa Sofía de Habsburgo, una más de sus conquistas. Era natural que Carolina de Mónaco se hartara de los cuernos que Philippe le endosaba. Y cuando por las revistas rosas supo de su idilio con la modelo Giannina Facio (que también cayó en los brazos de Julio Iglesias) no se lo pensó dos veces y lo largó a la calle. Gracia de Mónaco quiso luego que el Vaticano declarara nulo el matrimonio de su hija, pero tardaron bastantes años hasta que la Sagrada Rota acabó sucumbiendo a las presiones del Principado monegasco.

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Isabel Junot | Gtres

Entretanto, Philippe Junot continuó con sus veleidades amorosas y se unió a Nina Wendelboe-Larsen en 1987. Un decenio duraron juntos, tiempo en el que fueron padres de Isabel (la novia que ahora se casa, que el 18 de abril festejará su trigésimo primer aniversario), Victoria y Alexis. En 2005 se destapó que Junot había sido padre de otra niña, Chloe, con la modelo sueca Helen Wendel. Un avezado reportero madrileño, Antonio Montero, conocido por sus intervenciones en programas televisivos "del corazón", contaba que tras asistir a una fiesta dio con Philippe Junot, algo cargado de alcohol, quien bajó a un aparcamiento donde, muy probablemente por sus efluvios etílicos, dio con un travestí, introduciéndose ambos en un coche. No siendo Philippe precisamente gay sino todo lo contrario, habrá que anotar esta anécdota en su biografía sentimental como una evidente equivocación. Estar "moña" puede llevar a mujeriegos como Junot a probar lo que estando sobrio jamás haría.

Dedicado a negocios inmobiliarios entre París, Nueva York y Marbella, reside ahora en Cannes. Philippe Junot hace ya tiempo que no aparece en las crónicas rosas enrollado con modelos de quita y pon. Ha serenado sus impulsos, aunque ignoramos con quién pasa ahora sus noches, sabiéndolo siempre enemigo de la soledad. Es posible que este sábado nos enteremos quién es ahora su pareja cuando acompañe, como creemos, a su hija camino del altar. Ya nos enteraremos por las revistas del ramo y una de ellas, imaginen cuál, habrá pujado por la exclusiva del "lunch" y las caras de sus invitados de lujo.

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