Tamara Falcó está viviendo un auténtico sueño desde que esta Nochevieja, como si se tratara de un 'milagro navideño', decidió darle una segunda oportunidad a Íñigo Onieva. Apenas una semana después de retomar su noviazgo, la pareja ponía rumbo al Polo Norte y fue durante este viaje cuando el empresario de la noche volvió a pedirle matrimonio, regalándole una versión "mejorada" del anillo de compromiso que le entregó el pasado mes de septiembre, días antes de su ruptura a causa de una infidelidad.
Según ella, la boda no será "demasiado grande" y tendrá lugar por la tarde en el palacio de El Rincón, propiedad de Tamara y de su hermano Manolo Falcó. Este viernes visitó la finca, situada en la localidad madrileña de Aldea del Fresno, al volante de su propio coche y en solitario.
La propiedad es una impresionante fortaleza ajardinada del siglo XIX, propiedad del marqués de Griñón hasta que falleció en 2020. Allí siguió viviendo Esther Doña para abandonarlo tres meses después de la muerte de su marido. La joya inmobiliaria de la familia ha sido escenario de grandes portadas de revista, sobre todo de los posados para la revista Hola, de películas españolas como La escopeta nacional o Mientras dure la guerra, del reality de Tamara en Netflix y se suele alquilar para bodas, eventos, celebraciones privadas.
Actualmente, la finca sigue presumiendo de instalaciones, aunque hay zonas interiores que necesitan reforma. El palacio cuenta con más de 30 habitaciones y diversos salones y patios. En total, las edificaciones en las que se incluyen jardines, capilla, piscina, cuadras para caballos, bodega, casa de labor y vivienda guarda, suman 4.000 metros cuadrados. Además, en buena parte de la finca se localiza el viñedo con uvas de variedades syrah y garnacha en un espacio de nueve hectáreas. Y el vino es, precisamente, el principal negocio que mantiene a flote El Rincón.
Además de los viñedos, la finca cuenta con diversos jardines: los 2.500 metros cuadrados del jardín de los perros, los 1.400 metros cuadrados del jardín de los madroños y las hortensias, y el jardín de Júpiter en el que se ubica un bosque de bambú. En total son 6.000 metros cuadrados de jardines en casi 200 hectáreas totales de terreno.
Con la ubicación elegida, por delante queda una lista interminable de detalles: el menú, la decoración del recinto, la disposición de las mesas y un largo etcétera que la marquesa de Griñón supervisará personalmente arañando ratos libres de su apretada agenda, porque quiere que todo salga perfecto el día en el que le de el 'sí quiero' a Íñigo Onieva.