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Maribel Verdú no quiere tener hijos... pero es abuelastra

Maribel Verdú no ha querido tener hijos con Pedro Larrañaga, con quien se casó en 1999.

Maribel Verdú no ha querido tener hijos con Pedro Larrañaga, con quien se casó en 1999.
Maribel Verdú | Alamy

Maribel Verdú vive momentos felices después del estreno de su última película, Flash, que fechas antes de darse a conocer en España tuvo su "premiere" en el teatro Ovation, de Los Ángeles, gala a la que ella asistió, muy emocionada y luciendo palmito. Entre otros rostros conocidos se codeó con Ben Affleck y Jennifer López. Aunque transcurridas tres semanas, según noticias que leemos procedentes de Los Ángeles, la película no tiene visos de ser amortizada por la productora, a juzgar por los resultados hasta ahora en taquilla, según la corresponsal del diario ABC.

Maribel Verdú nunca había soñado con ir a Hollywood, participar en producciones espectaculares: "Nunca quise ser una estrella desde que empecé en el cine". Eso sucedió cuando contaba apenas trece años. A sus actuales cincuenta y dos ha intervenido en algo más de sesenta títulos, amén de unas decenas de series televisivas. Con una de ésta, La huella del crimen, debutó en la pequeña pantalla, estrenándose en 1985. En esa década rodó, entre otras cintas, El año de las luces, La estanquera de Vallecas, y en la siguiente, Amantes y Belle époque, que le permitió asistir a la entrega de los Óscar, para más adelante intervenir como Cayetana de Alba en Goya en Burdeos y ya en 2006 El laberinto del fauno. La han dirigido Guillermo del Toro, Alfonso Cuarón, hasta el mismísimo Francis Ford Coppola en unos estudios alicantinos creados por iniciativa de Luis García Berlanga. Nominada once veces a los premios Goya, ganó en dos ocasiones: por Blancanieves y Siete mesas de billar francés. Tiene pendientes de estreno un drama junto a Willem Dafoe, Pet Shop Boys, recordando que aunque insistimos en su antigua decisión de no participar en producciones americanas, tomó parte en dos más, Raymond Ray y la serie Now and Then. Nos encontramos ante una ya veterana actriz, aún joven, con vitola internacional.

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Maribel Verdú | Cordon Press

Ha vivido de su ya largo periplo artístico algunas desagradables situaciones: de las primeras, teniendo sólo catorce años, el rodaje de una secuencia de sexo, careciendo de experiencia por supuesto en la vida real. Y lo peor entonces es que el director de aquella película, advirtiendo la impericia de Maribel y su compañero, tuvo que situarse encima de ella para enseñarles cómo debían actuar. La actriz comenta que ahora esas circunstancias han cambiado, entre otras cosas porque existe el llamado coordinador de intimidad, cuyo oficio es el de controlar cualquier escena de elevado contenido sexual.

Recordaba que en aquellos principios cinematográficos le costaba mucho dar un beso, lo que nunca había ocurrido en sus años escolares. Tampoco siendo adolescente fumaba. Y ambas cosas tendría que repetir infinidad de ocasiones ante la cámara. Con el tiempo, fue calificada como "el sex-symbol del cine español". Se desnudó muchas veces en la pantalla, mostrando hasta la saciedad sus potentes pechos o su bien contorneado trasero. Lo que le fastidiaba es que algunos descartes terminaran en manos de alguna revista erótica. El actor con quien más frecuente rodó escenas amorosas fue Jorge Sanz, cuando éste se encontraba en la cúspide de su carrera.

En su vida íntima, que procuró en todo momento defenderla de la curiosidad periodística, de lo que doy testimonio por las veces que la entrevisté desde que empezaba a darse a conocer, tuvo enamoramientos apasionados, el más importante con el director Antonio Giménez-Rico, a cuyas órdenes rodó Soldadito español y Tres palabras (aquí es donde interpretaba ése y otros boleros, como mencioné). Tuvo escapadas con Cayetano Martínez de Irujo, el gran seductor de la nobleza. También con el tenista Emilio Sánchez Vicario. El operador de cámara Pablo Hernández, fue su compañero sentimental mientras filmaban Al otro lado del túnel, la última película de Fernando Rey.

Desde 1999 hasta el presente no hay otro hombre en su vida, el definitivo: Pedro Larrañaga, hijo de Carlos y María Luisa Merlo. Es productor teatral. Gran profesional, discreto siempre en el terreno privado, que se enamoró de Maribel tras contemplarla en Salsa rosa, película de Manuel Gómez Pereira (el gran amor de la infortunada Verónica Forqué).

Pedro y Maribel contrajeron matrimonio civil el 2 de septiembre de 1999. Veinticuatro años casi como pareja, que celebrarán en vísperas del próximo otoño, por lo tanto. Nunca pasan más de quince días si están separados por sus obligaciones profesionales. No han querido tener hijos, ella no se siente maternal. Él sí es que es padre de un varón cuando tenía veintiocho años, cuando estuvo ligado con Silvia Leblanc, hija de Tony. Ese chico se ha casado y tiene un niño de dos años, que ha convertido a Maribel Verdú en abuelastra.

En la biografía de Maribel Verdú existe un capítulo acerca de su nacencia: ella es melliza, pero nació sola en el parto. Piensa de vez en cuando en lo mucho que le hubiera gustado tener esa hermana. Por fortuna hay otras dos, que son gemelas. Algo verdaderamente curioso en su familia.

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