Tiene la alicantina Ana Milán una personalidad indiscutible, al margen de su talento de actriz. En televisión es donde más se ha prodigado en series de éxito: Cámara Café, Física o Química, Yo soy Bea (intervino más tarde en la película de igual título), Paquita Salas, Amar es para siempre, Veneno (donde imitaba a Sara Montiel) y algunos otros trabajos que le han reportado la popularidad que sigue disfrutando. Por otra parte, mujer atractiva y dicharachera, ha vivido varios amores, que acabaron en fracaso. Tiene un hijo, nacido en 2001. Su vitalidad es uno de sus rasgos personales más acusados. Y el buen humor. También de vez en cuando saca a relucir su temperamento. Este 3 de noviembre cumple cincuenta años. Nacida en "la millor terreta del mon", aunque su infancia transcurrió en Almansa durante ocho años. De pequeña era delgada, hasta el extremo que su abuelo le puso el mote de "Huesecito". Ya crecería hasta exhibir un cuerpo de vértigo. El abuelo había pretendido hacer valer su idea de que la bautizaran como Bienvenida. Terció entre otros familiares su hermana, diez años mayor, que fue quien se salió con la suya, al acabar siendo inscrita en el juzgado y en la iglesia con los nombres de Ana Belén, pensando en la actriz madrileña.
En su currículo aparece como modelo, periodista, actriz y escritora. Alcanzada la juventud, no parecía ver claro su futuro. Ella, no obstante, parecía vislumbrar que estaría relacionado con el mundo artístico. Enterada su madre de esa pretensión la amenazó con estas palabras: "Si eso es lo que quieres, allá tú… pero sepas que si te vas de casa para cometer esa locura, te desheredaré". Salió Ana a la calle, un tanto aturdida, sin saber a dónde dirigirse. Momento en que se encontró una cartera, encontrando en ella quince mil pesetas. Suficientes para dirigir sus pasos a Madrid. Parece un cuento mas ella lo ha contado como veraz. Sacó un billete de tren y cuando llegó a la capital de España devolvió aquella cartera a su dueño, una vez sabedora de su dirección… pero ya sin dinero alguno. Fue subsistiendo un tiempo hasta que pudo resolver sus necesidades más inmediatas y explorar a qué dedicarse.
Midiendo 1,77 de estatura, con un físico deslumbrante, no le fue difícil, sabiendo que siempre fue muy decidida, encontrar el modo de ganarse la vida como modelo de pasarela. Desfiló mostrando vestidos de Manuel Piña y Devota & Lomba. Se matriculó en la Facultad de Ciencias de la Información de la Complutense. Obtuvo la licenciatura de Periodismo. Mas lo que le llenó más de interés fue convertirse en actriz. Y ya quedó dicho su paso por la pequeña pantalla donde fue poco a poco obteniendo mejores papeles. Desparpajo nunca le faltó para obtenerlos.
Ana Belén García Milán decidió acortar su doble nombre, prescindiendo del primer apellido. Pensaba que Ana Belén ya existía una, la magnífica actriz-cantante. No le faltaron moscones a su alrededor. Siendo el actor y cantante Paco Morales el primer hombre importante en su vida. Con él convivió siete años hasta 2007. Fueron padres de un niño, Marco, que vino al mundo en 2001.
En su biografía amorosa anotamos algunos otros idilios, como el que compartió con el escritor Manuel Loureiro o el vivido junto al periodista Peio H. Riaño. Hubo también un médico a su lado. Ana Milán, muy enamoradiza, no lograba mantener una relación estable después de la que sostuvo con Paco Morales.
Ese inicial fracaso sentimental en su vida lo superó al enamorarse de nuevo. Rehízo su vida con el jugador de baloncesto, internacional del Real Madrid, Juan Antonio Corbalán. Tenían apalabrada su boda en el otoño de 2008. La suspendieron. Por causas que nunca hicieron públicas. Un director publicitario, Jorge Juan Pérez fue el primero de sus maridos, unión que apenas duró quince meses. Primer desengaño matrimonial. No se arredró por ello. Tal desencuentro sucedió entre 2011 y 2012. Dos años más tarde se enamoró de Fernando Guillén, el hijo del gran actor de igual identidad y Gemma Cuervo. También excelente galán. La pareja celebró su matrimonio civil, en secreto, ante un juez de Florida, y fueron felices apenas durante dos años, desde 2014. Dada la popularidad de ambos, personajes habituales durante ese periodo en las revistas de colorines. Representaron una obra teatral juntos, en 2013, Wilt. ¿Qué les pasó para romper? Ana Milán, ya lo apuntamos, es muy visceral; Fernando, más tranquilo. Chocaron al poco tiempo de su convivencia por esa diferencia de carácter e imaginamos que mediaron también otras cuestiones íntimas. Él fue quien tomó la iniciativa de irse de la casa donde vivía con Ana. Ambos quedaron "muy tocados" por la ruptura: Fernando perdió unos kilos y ella quedó destrozada tras decirse adiós. El divorcio lo firmaron el 15 de enero de 2016.
Ana Milán supo refugiarse en el trabajo, las series de televisión, algunas incursiones en la gran pantalla, el teatro. Representó en el escenario nada menos que todos los papeles de la comedia 5 mujeres.com Monólogos que ya había estrenado con anterioridad un quinteto de colegas, pero Ana Milán quiso enfrentarse ella sola, después, a dar vida a esos personajes femeninos de encontrados caracteres.
No satisfecha con su faceta de actriz, sin olvidar su condición de periodista, publicaría tres libros: Sexo en Milán, Voy a llamar las cosas por tu nombre y Loba. Antología moderna de hijas artistas".
Pasa muchos ratos con su hijo Marcos, que ha heredado de ella su bonhomía y suelen divertirse cruzando toda clase de chistes y ocurrencias. Al joven le gusta mucho el fútbol, que practica con un equipo de barrio madrileño, el Canillas, en el puesto de guardameta. En la primavera de este año, Ana Milán volvió a enamorarse; de un empresario llamado Luis Gestal Garce.
Ha seguido su carrera artística vinculada sobre todo a la televisión. En el pasado mes de octubre vivió una jornada complicada que transcurrió para ella y otras compañeras entre el susto y la risa. Fue el día que en Madrid se desencadenó una gran tormenta. Llovió más "que cuando enterraron a Zafra", según rezaba un antiguo refrán, registrándose en los pluviómetros una cantidad de agua y viento jamás conocida desde hacía más de cien años. El caso es que encontrándose Ana Milán junto a Alaska y Los Javis grabando un programa de Mask Singer 4, de próxima edición, tuvieron que abandonar los estudios donde se hallaban ensayando, porque se inundaron. Corriendo por pasillos y zonas al aire libre, no cesaban de reir a mandíbula batiente. Ana Milán, era la que más carcajadas pronunciaba, porque un rasgo de ella principal es ser bromista. En sus ratos de ocio la lectura ocupa lugar esencial. Colecciona pinturas. Los domingos suele irse al Rastro en busca de algún cachivache que llame su atención. Su inquietud es siempre su señal de identidad. Para el trabajo… y para el amor.