
Tras varios días encerrada en su casa junto a su bebé recién nacido, Gabriela Guillén vivió este viernes una de sus tardes más complicadas. La madre del hijo de Bertín Osborne se dejó ver por primera vez en semanas frente a la prensa visiblemente afectada, sin poder evitar las lágrimas para confesar que está "fatal", pedir respeto a los medios y señalar que lo único que quiere es criar a su hijo "tranquila".
La tensión comenzó cuando su madre bajó a la calle junto recién nacido y una acompañante para dar un paseo. La prensa trató de acercase a la mujer para saber cómo están viviendo estos primeros días de vida del pequeño, sin embargo su actitud con la prensa fue de lo más violenta y desagradable pues se enfrentaron a la cámaras con gritos y manotazos para evitar las imágenes.
Minutos más tarde del encontronazo, en el que personó la Policía para identificar a los periodistas, fue Gabriela la que bajó a la puerta de su casa, por primera vez desde que dio a luz. Muy afectada tras conocer lo que había ocurrido con su madre explicó que los últimos días no están siendo fáciles para ella: "He sido muy respetuosa con vosotros y no lo voy a permitir. Lo siento muchísimo porque he sido súper cordial con todos vosotros y no puedo permitir este acoso", dijo la fisioterapeuta con la voz entrecortada.
"No me encuentro bien porque por todo lo que he pasado y no voy a permitir esto", dijo, pidiendo a la prensa que le den un espacio y la dejan "criar a su hijo en paz": "No puedo más, estoy fatal, ¿cómo voy a estar? Quiero que me dejéis en paz. Poder bajar a la calle para ir al médico o pasear a mi hijo. No podéis estar aquí las 24 horas del día", dijo.
Una reacción que llega apenas unos días después de la controvertida entrevista de Bertín Osborne en la revista Hola donde aseguró que "no va a ser padre". El artista confesó que no ejercerá de padre de la criatura y que, como se venía rumoreando desde hace meses, se hará una prueba de paternidad por respeto a sus otros hijos.

