
Vivimos en una era tan acelerada que no nos detenemos a pensar en el tiempo. Atravesamos unos tiempos tan modernos, que nuestras experiencias deben ir acorde a la Inteligencia Artificial, a las modas y modos, al feminismo, al gobierno y desgobierno, y a la dictadura social que dicta el bien y el mal en las redes sociales. Afrontamos unos tiempos en los que hay una clara crisis de identidad, tanto para los hombres como para las mujeres, en la que no está muy clara la esencia y el origen de cada género. Asumimos como válidos los valores de la inmediatez, la facilidad y la impaciencia. Y, por si fuera poco, la envidia y el aburrimiento pasan factura.
Querido Pablo: en medio de toda esta vorágine de errores que cometemos inconscientemente, usted puede presumir de tener a su lado una mujer de bandera. Roro Bueno es un ser angelical que ha venido para marcar tendencia, pero de la buena. No la de la vida frívola y superficial de muchas influencers que basan su fama en el número de likes y bolsos que le regalan. Rocío lo que no tiene, lo fabrica. Con 3,3 millones de seguidores en TikTok cocina para su novio Pablo, pero en realidad está cocinando para ella misma y el mundo entero.
Donde los haters ven sumisión, yo aprecio libertad. La libertad de generar un contenido inteligente, cuidado y útil, a través del cual, además, complace a la familia que ha elegido. Porque no nos olvidemos: en el amor, "uno más uno" no es igual a "dos más cero". Y, oiga, ¿que es un producto de marketing? Bienvenido sea, pues es un producto agradable y ajeno a la vulgaridad y la estupidez. ¿Que, también, hace feliz a su compañero sentimental? Estupendo. ¿Que, por si fuera poco, nosotros nos llevamos unas recetas y algún que otro meme? Genial.
Me impresiona la polémica que ha generado este sentenciado "fenómeno" que sirve para rescatar el concepto de "tradewive". Y que, además, del aleteo de una mariposa en Pekín (o sea, una joven influencer que cocina para sus seguidores y su novio) se genere un huracán en Nueva York (terminemos hablando de Trump). "Travewive" es un término acuñado en los EE. UU. que alude a la mujer tradicional que encarna la perfecta ama de casa que, además de guapa, es dulce y cariñosa, y su único propósito en la vida es el bienestar y la felicidad de su marido. Por cierto, ¿hay algo malo en esto último? Porque hace décadas podía ser una imposición social; en la actualidad, tenemos suficiente libertad de decisión como para decidir qué ser y qué no ser.
Ahora resulta que Roro padece la "foundie baby voice", y hay "expertos", tal como apuntan medios de comunicación, que concluyen que esa voz es fruto de una enajenación que padece. Algunos consideran que fuerza la voz (ahora ha corrido como la pólvora un vídeo de ella comprando una tortilla de patatas de Juana La Loca y hablando con una voz totalmente diferente). ¿Y? ¿Y si fuera incluso así? ¿No nos maquillamos para salir más guapos? ¿No moldeamos la voz en una entrevista de trabajo o en una primera cita? ¿No queremos ser nuestra mejor versión?
Vayamos a lo importante. Rocío tiene 22 años, es traductora y vive con su familia. Ajena a la vida fácil, a los ninis e influ-nada, demuestra valores tales como la disciplina y el esfuerzo al optar por diseñar todo aquello que falte (desde un vestido, hasta editarle un libro a Pablo); el rigor y la paciencia al invertir tiempo y esfuerzo en hacer algo que podría ser más fácil comprarlo (no adquiere una mantequilla en el super, Roro la fabrica); el orden y la capacidad resolutiva de cualquier carencia de ingrediente en sus recetas; la calma y la templanza, cual energía que transmite a los usuarios; la creatividad, el talento y la originalidad, como fuente de inspiración y motor de creación. Y, además, el amor, el cariño y el respeto hacia su pareja. En tiempos de crisis de valores, la corrección no está bien vista. Parece que media sociedad sobrevive anclada en el odio y la posesión de la verdad. Entre tanto ruido y suciedad, todavía hay quienes creen en la belleza de la generosidad y el amor. Y esto, al final, es lo que nos llevamos.
