Irene Villa se casa este sábado 21 de septiembre con David Serrato tras un año de preparativos en una ceremonia que se celebrará en el monasterio de Santa María de la Vid, en Burgo de Osma, y de la que la periodista ha revelado todos los detalles en su última aparición pública antes de dar el 'sí, quiero' a su pareja.
Aunque las últimas semanas han sido frenéticas para que todo salga perfecto, Irene acudió al desfile con el que Félix Ramiro presentó su nueva colección en el marco de la MBFW Madrid. El diseñador es el encargado de vestir a David el día de su boda y aunque no ha visto el traje de su prometido, está segura de que estará "guapísimo". "No tengo ni idea de cómo va, solo sé la cara de mi hermana, que me ha dicho que está guapísimo. Es verdad que cualquier cosa que se ponga, no es porque lo diga yo, pero es que todo le queda bien" aseguró orgullosa.
El vestido de novia es el secreto mejor guardado, pero la periodista adelantó que es "sencillo pero me llega al alma". "El otro día, en la tienda de Silvia Fernández -la diseñadora de su vestido- nos pusimos mi cuñada, mi madre y yo, a llorar. O sea, con eso te lo digo todo", desveló.
No oculta que en plena cuenta atrás para su boda han aflorado los nervios: "Hoy he dormido regular, ya empiezo a dormir con un montón de cosas en la cabeza y la verdad que tenemos mucha gente alrededor echándonos una mano. No debería estar tan nerviosa, pero son inevitables los nervios de la novia", bromeó.
Respecto a qué preparativos le quedan por ultimar, Irene reconoció que "nada". "Hoy justo ya he vestido a los niños -sus tres hijos, Carlos, Gael y Erik- que "también van a tener un papel protagonista". "Yo voy con mi padre, pero ellos tres salen antes y creo que va a ser una ceremonia muy emotiva y muy especial", aseguró emocionada.
Sobre el novio, no tiene más que buenas palabras. "Ojalá que sea el hombre de mi vida. Es un hombre tranquilo y sobre todo me ha dado paz. Cuando dices 'si algo te da paz, ahí es', yo creo que con David ha sido todo natural, sencillo, de una forma muy progresiva, porque no fue el típico amor de que te inflas y luego te desinflas. Ha sido muy poquito a poquito, esos cimientos se han ido colocando antes de lanzar campanas al vuelo", explicó sin ocultar lo enamoradísima que está del que en solo cuatro días se convertirá en su marido. "Somos como unos niños, yo con 45 y él 48, y somos felices como si tuviéramos 20, igual", añadió.
Una aparición en la que Irene volvió a responder a la pregunta que tantas veces le han hecho en los últimos meses: cómo es su relación con Nuria Fergó, actual pareja del padre de sus hijos, Juan Pablo Lauro: "Yo ya me lo tomo con humor, porque supongo que a la prensa le interesa, y yo ya sabes que nunca dejo de contestar nada. Hay cordialidad, pero ya no nos hemos vuelto a ver. El respeto y el cariño siempre".
Y por eso no dudó en desear a su exmarido y a la cantante lo mejor. "La verdad que ojalá se casen y sean muy felices. Yo creo que eso sería maravilloso", concluyó.