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"Paquirri" e Isabel Pantoja iban a retirarse pero se les adelantó la muerte del torero

Secumplen cuarenta años de la muerte de Francisco Rivera "Paquirri" en la plaza de toros de Pozoblanco.

Secumplen cuarenta años de la muerte de Francisco Rivera "Paquirri" en la plaza de toros de Pozoblanco.
Gtres

Hace cuarenta años Francisco Rivera "Paquirri" murió corneado en la plaza cordobesa de Pozoblanco. Fue el 26 de septiembre de 1984. Aquella tragedia sembró de luto durante mucho tiempo la vida de Isabel Pantoja, a quien empezaron a llamar "La viuda de España". Sobre el historial del torero gaditano y su biografía amorosa CHIC publica un par de artículos conteniendo detalles no del todo conocidos, teniendo en cuenta que se han divulgado infinidad de reportajes y una decena de libros acerca del infortunado diestro.

Lo conocí, cambié impresiones con él varias veces y llegó a confiarme lo siguiente: "Me retiraré de los ruedos en 1985, cuando se cumplan casi veinte años de mi alternativa. En cuando a Isabel también está de acuerdo en despedirse de su carrera para dedicarse por entero a nuestro hogar y a los hijos que vengan". Fatalmente no pudo cumplirse ese deseo común porque "Avispado", un toro de la ganadería de Sayalero y Bandrés, le quitó la vida.

Tres días antes de aquella cita mortal, Antonio Rivera, padre de "Paquirri", le dijo a éste: "No vayas, Paco…" Diríase que su progenitor, cual brujo que adivinara el inmediato futuro, tuviera un negro presagio.

Pero "Paquirri" no le hizo caso. Eso sí, le dijo al empresario de la plaza, Diodoro Canorea, el mismo que regía la de la Maestranza, que iría a Pozoblanco con la condición de que cambiara el ganado previsto, cobrando dos millones de pesetas, sin rebajar un céntimo. Accedió aquel. Y el torero hizo el paseíllo aquella tarde trágica. El último de su vida. Con un cartel maldito que él encabezaba, junto a "El Soro" y "El Yiyo". Maldito porque este último también cayó mortalmente herido en la plaza de Colmenar Viejo y el otro, pundonoroso valenciano, de resultas de una ha tenido que pasar por el quirófano cerca de cuarenta veces y retirarse del toreo antes de lo previsto.

La vida se le escapaba a chorros a "Paquirri" en la enfermería de la plaza. Un cámara de televisión tomó imágenes del herido mientras iba a ser intervenido quirúrgicamente de urgencia. Con absoluta entereza, fue diciéndole al cirujano las tres trayectorias de la cogida. "Lo demás, lo dejo en sus manos". Pero sobre aquella operación se suscitarían dudas sobre si una de las heridas no fue convenientemente cerrada. Porque fue perdiendo mucha sangre mientras una ambulancia lo trasladaba a un hospital de Córdoba a través de una carretera infernal, plagada de curvas. Se sabría el parte médico: "Avispado" le había seccionado las venas ilíaca, safena y femoral.

Por el incierto camino sembrado de dificultades para el conductor, "Paquirri", que no había perdido el conocimiento, le dijo a su mozo de espadas, Ramón Alvarado: "Tanto luchar, tanto luchar… ¡y to p´a na! Cuando entraban ya en la capital de la Mezquita "Paquirri" cerró los ojos, abrazado a su primo Ramón y llegó al Hospital Militar, el más cercano, ya cadáver.

Isabel Pantoja esperaba a su marido en el lujoso piso que tenían frente al ferial sevillano. Informada de la tragedia emprendió viaje a Córdoba. Enlutada, parecía estar al borde la locura anegado su rostro de llanto. El entierro constituyó una manifestación de duelo en presencia de miles de personas. Cuando el féretro cayó sobre el hoyo de la sepultura del torero en el cementerio de San Fernando, de Sevilla, Isabel gritaba tras abrazarse al ataúd: "¡No me dejes, Paco, no me dejes…!

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Isabel Pantoja y Francisco Rivera el día de su boda

Una vida sacrificada

Francisco Rivera era hijo de Antonio y Agustina y nació el 5 de marzo de 1948, aunque existen equívocos en algunas biografías, que dan otras fechas de ese mismo mes, y una en mayo. Lo que resulta chusco es que parece ser que tampoco ese dato que damos como verídico fuera así, sino que vino al mundo el 5 de febrero. Pero en la familia Rivera, se dijo que ese mes traía mal fario, así es que inscribieron al niño más tarde, insistimos ese 5 de marzo. Fue en el pueblo gaditano de Zahara de los Atunes, aunque pronto toda la familia se instaló en la vecina localidad de Barbate, en cuyo matadero municipal trabajaba el progenitor, quien no tuvo suerte en su etapa de novillero y rejoneador. De alguna manera alentó a sus dos hijos, José Rivera "Riverita" y Paco a ser toreros. Pero les hizo pasar por pruebas muy duras. En aquella larga entrevista que sostuve en 1981 con "Paquirri" me contó lo siguiente: "Nosotros somos cuatro hermanos, José, Antonio, Teresa y yo. Antes de que yo naciera mi padre profetizó que tendría un varón que sería torero con el apodo de "Paquirri". Desde que cumplí once años me puso a trabajar tirando la basura, o amarrando cochinos, llevándolos en una carretilla… No me pagaba ni un duro hasta que un día me quejé. Entonces él se quitó la correa, aunque de pronto se dio cuenta de lo que yo quería en esta vida. Así es que desde los once años hasta que cumplí quince, levantándome a las cinco de la mañana para irme a otro pueblo andando a por un becerro, transcurría la jornada, hasta llevar el animal a Barbate. Por el camino yo paraba en alguna venta, pedía unas tortas de aceite y alguna coca-cola dejándolas a deber para que las pagara mi padre. Era mi único jornal. Yo quería dejar esa vida y ser torero. Mi propio padre ya me había dado una oportunidad a mis once años cuando toreé por primera vez. Y en el patio del matadero de Barbate yo daba pases a todo aquel animal que embistiera. Tuve afán de lucha y no me conformé nunca, luchando por la profesión que quería".

Toreaba becerradas por los pueblos aledaños a Barbate. En la primera de ellas lució un traje de luces que le prestó el matador de toros Miguel Mateo "Miguelín". En Cádiz, cuando la capital tenía plaza de toros (hoy ninguna, la única de Andalucía sin festejos taurinos), debutó con caballos a los catorce años. La legislación de entonces, al parecer, era más consentidora que ahora. Con Palomo Linares alternó muchas tardes. Y llegó la fecha de su alternativa en Barcelona, el 17 de julio de 1966, que iba a concedérsela Antonio Bienvenida. Pero antes de intercambiar los trastos respectivos, "Paquirri" cayó herido y el doctorado se retrasó tres semanas. Esa vez el padrino fue Paco Camino, en presencia del "Viti" como testigo.

El estilo de "Paquirri" como matador de toros se fundamentaba en su valentía extrema, el pundonor, su capacidad como banderillero y acierto a la hora de pasaportar a sus enemigos. Faenas técnicas, sólidas, dominadoras. Y así permaneció en los ruedos entre los primeros puestos del escalafón. Hasta la siniestra cita con el destino aquel 26 de septiembre de hace cuarenta años.

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Vista general de Cantora

El misterio de una caja fuerte

Se ha escrito hasta la saciedad que el 27 de septiembre de aquel 1984 "Paquirri" e Isabel emprenderían viaje aéreo a Madrid, desde donde iban a partir rumbo a Caracas. En un banco de la capital venezolana el torero tenía una cuenta abierta con los ingresos de las corridas que celebraba en varios países hispanos. Quería regularizarla. Y de paso disfrutar de unas merecidas vacaciones. Circuló a la muerte de "Paquirri" un rumor que jamás pudo demostrarse, aunque lo divulgaron algunos. Aseguraban que Paco les había confiado su próxima separación de Isabel. Se añadía que estaba cansado de que en su finca "Cantora" siempre hubiera amistades de su mujer, invadiendo la vida familiar; amén de que la madre de Isabel y el hermano de ésta, Agustín, no dejaban de estar presentes. Lo que más le hubiera dolido, en el supuesto de ser cierta esa ruptura, era separarse de su hijo Kiko, apenas un bebé de pocos meses.

Existe un misterio, nunca aclarado, sobre el contenido de una caja fuerte que "Paquirri" tenía en "Cantora". Lo que no estuvo claro es si aparte de él, alguien más tenía una llave de la caja. Puede que Isabel. Pero ¿alguna otra persona también? ¿Alguien de su familia?

Cuento todo ello por la confesión que me hizo Isabel Pantoja en México, años después de su viudez. "Poco después de la muerte de Paco, estuve en "Cantora". Fui hasta la caja fuerte que teníamos. La encontré abierta. Habían desaparecido cosas, documentos, dinero… No supe quién se llevó todo aquello, pero desde luego, alguien muy interesado".

Tiempo más tarde me desplacé hasta Constantina (Sevilla), donde vivía el padre de "Paquirri", cuidando de la finca que éste le había dejado en herencia. Antonio Rivera, el progenitor, me confió: "Unos días antes "de lo de mi hijo" nos vimos en Jerez de la Frontera. Había pensado modificar su testamento. Él nunca había pensado en hacerlo, fui yo quien le dije que debía ir a un notario porque un toro podía quitarle la vida, como así pasó. O que tuviera un accidente en coche, o en avión, cualquier tragedia. Eso fue antes de casarse con Isabel: "Tienes dos hijos con Carmen Ordóñez y tras tu nueva boda quizás tengas más hijos. Lo mejor es que lo tengas todo arreglado. Un día antes de casarse con Isabel Paco me hizo caso y firmó el testamento".

Le comenté al padre de "Paquirri" que aquel testamento parece que no satisfizo a nadie de los herederos: "Sobre todo a Isabel, que pensaba que todo o casi todo iba a ser para ella. No se imaginaba que pudiera tocarnos también algo a los demás, a mí, su padre, a los hermanos… Por culpa de sus dos mujeres, Carmen e Isabel, el testamento tardó en hacerse efectivo, no seis meses, que hubiera sido el tiempo normal, sino tres años. Se perjudicaron ellas mismas e hicieron mucho daño a nuestra familia, los Rivera".

Por medio estaba "Cantora": "La finca era de mi Paco, pero no de Isabel porque al casarse hicieron separación de bienes". Acerca de aquella caja abierta que Isabel Pantoja halló abierta, el padre de "Paquirri" me dijo: "A mí me consta, porque me lo dijo él mismo, que mi Paco tenía cuarenta millones de pesetas en metálico porque iba a comprar esos días una finca". Dinero que desapareció. Isabel nunca supo quién pudo llevárselo. Acaso desconfiara de alguien en concreto, pero calló. Asunto vidrioso. Acusar a alguien sin pruebas no era lo aconsejable.

El dinero, siempre el maldito dinero. Y otras propiedades que con su sangre y sudor ganó "Paquirri", motivo de enfrentamiento familiar. Isabel Pantoja rompió con todos los deudos de su marido. Y retuvo a su hijo Kiko a su lado, sin que su abuelo Antonio pudiera conocerlo. Un dolor que se llevó a la tumba Antonio Rivera Alvarado, padre del torero, el 10 de noviembre de 2009, a los ochenta y nueve años, en Cádiz, a causa de una enfermedad hepática.

La historia de "Paquirri" tuvo más ingredientes. Y una biografía amorosa con varias novias y amantes, dos matrimonios, que en un segundo capítulo abordaremos extensamente.

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