
Estrellas del cine y la televisión en España dieron calor el pasado sábado a los Premios Forqué, que abrieron la temporada grande de los galardones cinematográficos en un Madrid gélido. Brillos en los vestidos y en los trajes, atrevimiento y contención, el negro y el blanco lucieron en la alfombra roja previa a la gala, como fue el caso de Yolanda Díaz.
La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, de 53 años, posó en la alfombra roja previa a los premios que acogió el recinto IFEMA de la capital, con temperaturas a punto de rozar los 0 grados pero con un vestido de tirantes negro con el que no dejó pasar la oportunidad de lucirse. Díaz dio su mejor pose y sonrisa a los fotógrafos como si de una celebridad se tratase.

El look festivo de Díaz se comentó en la Crónica Rosa de este lunes y, en opinión de Isabel González, "hay una edad para cada cosa y hay veces que hay que dejar de enseñar carne (...) Es una opinión personal y entiendo que que hay ciertas edades en las que hay que empezar a ir un poco más recatada". "La ley de la gravedad es un hecho y afecta a los cuerpos humanos cuando van pasando los años", añadió Federico Jiménez Losantos.
Para Beatriz Cortázar, "todos hemos pasado por un proceso de divorcio, de separación. A los hombres se les nota porque se empiezan a poner pulseras y gargantillas y las mujeres... Es lo que se llama ponerse de nuevo en el mercado y querer volver, a lo mejor, a 10 ó 15 años antes de esta relación".
Yolanda Díaz y su marido, Andrés Meizoso, se separaron en buenos términos. Andrés, de profesión delineante, siempre ocupó un voluntario segundo plano en las apariciones de su esposa. Aunque se casaron el 15 de noviembre de 2004, nunca nadie del entorno de la vicepresidenta se ha referido a Andrés como su marido sino como su "compañero". La separación física -ella está en Madrid, él en Galicia- fue clave en la separación entre ambos compañero y compañera, que no marido y mujer. "Siguen siendo buenos amigos, aunque ya no convivan", trascendió entonces.

