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Robert, el Kennedy republicano: se ha casado tres veces y fue drogadicto en el pasado

Nacido en Washington, hijo de Robert Kennedy senior, senador y Fiscal General de los Estados Unidos, y de Ethel, es abogado y activista.

Nacido en Washington, hijo de Robert Kennedy senior, senador y Fiscal General de los Estados Unidos, y de Ethel, es abogado y activista.
Robert, el Kennedy republicano | Cordon Press

Entre las muchas sorpresas que ha despertado Donald Trump al elegir a su equipo de Gobierno de los Estados Unidos, figura la causada con la elección de Robert Kennedy Jr. como responsable del departamento de Salud. En su familia hace meses que han roto con él desde que comenzó a militar en el Partido Republicano, rompiendo una antigua tradición por la que todos los miembros del "clan Kennedy" pertenecían a lo más selecto del Partido Demócrata. Ambas cuestiones ensombrecen la vida de este político que cumplirá setenta y un años el próximo 17 de enero. Quien en su vida particular acumula varios escándalos, infidelidades matrimoniales y un pasado como consumidor de potentes drogas, adicción de la que pudo librarse con no pocos esfuerzos.

Nacido en Washington, hijo de Robert Kennedy senior, senador y Fiscal General de los Estados Unidos, y de Ethel, es abogado y activista antivacunas. Tenía sólo nueve años cuando su padre fue asesinado estando en campaña el año 1968 para las presidenciales a la Casa Blanca; y catorce cuando su tío, John encontró la muerte siendo Presidente. Está claro que su apellido lo ha sobrellevado siempre, para bien o para mal, en su existencia.

Se enteró del asesinato de su progenitor cuando estaba en un internado jesuita del estado de Maryland; voló hacia Los Ángeles en compañía de su hermana Kathleen y su hermano mayor Joseph, llevando el féretro un rato para después leer algunos fragmentos de los discursos del fallecido tras la misa oficiada en el Cementerio Nacional de Arlington. Visité aquel paraje, donde en las tumbas de John y Robert lucen permanentemente unas llamas. Se encuentran en un extenso jardín, sobre un espacio de hierba y son visitadas a menudo por los turistas, en total silencio, sobrecogedor.

Nada se sabía de él en Europa, hasta que en 1970 circularon noticias acerca de su adicción a las drogas, año en el que resultó acusado en Hyannis, Massachusetts, el complejo residencial de los Kennedy, de poseer determinada cantidad de marihuana, que sus abogados, como es natural, declararon que era para su exclusivo uso y consumo, y no traficaba con ella. Al año siguiente era arrestado por la misma causa. Con veintinueve años, en 1983, no cedía a sus adicciones y en el aeropuerto de Dakota del Sur fue detenido por su posesión de heroína. En pleno vuelo había tenido cierta crisis, culpa de una sobredosis.

Todos esos incidentes, imaginamos que algunos más que no fueron del conocimiento público, llevaron a Robert Kennedy Jr. a renunciar a su empleo de fiscal del Gobierno norteamericano. Entró en un centro de tratamiento y fue saliendo poco a poco de aquel infierno al que estaba abocado. Al margen de las drogas, Robert sufre problemas de salud de otra índole: padece distonía, un trastorno que le produce temblores de vez en cuando a la hora de hablar, afectándole a la laringe.

En abril de 2023 fue candidato a las elecciones presidenciales por el Partido Demócrata, que abandonó en seguida para presentarse como independiente. Llegado agosto, comenzó a apoyar a Donald Trump. Adujo que el Partido Demócrata ya no tiene los valores de antaño, cuando su tío John estaba al frente de la Casa Blanca y su padre, Robert, era responsable del departamento de Justicia, intentaba luego ocupar la misma presidencia de su fallecido hermano, con triste final como ya recordábamos. Y este nuevo Kennedy dio un viraje político sintiéndose republicano.

Ese cambio de chaqueta como se dice en nuestro lenguaje coloquial no podía ser comprendido entre sus familiares: los Kennedy, desde los lejanos tiempos de su abuelo, el embajador, siempre votaron Demócrata. Ni qué decir tiene que la tristeza de los suyos permanece. Y de nada les sirve que Donald Trump lo haya elegido como el vigésimo sexto Secretario de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos.

Este Kennedy no es un jovencito como para pasarle por alto sus debilidades. Si bien dejó las drogas, conociéndolo, es un mujeriego que le ha puesto los cuernos más de una vez a su tercera y última mujer. La primera de sus esposas fue Emily Ruth Black, con quien contrajo matrimonio. Se conocieron en su época de estudiantes en la Universidad de Virginia. La boda se celebró en 1982. Tuvieron dos hijos, uno de ellos, Bobby, activista de la paz, ex oficial de la CIA, y escritor. La pareja se separó en 1992 y obtuvo el divorcio en 1994. Año en el que Robert contrajo su segunda unión conyugal con Mary Kathleen Richardson en un buque de navegación. A su hogar llegaron cuatro hijos. En 2010 él le pidió el divorcio. Tres días después, posiblemente afectada por esa razón, ella fue detenida por conducir ebria con su automóvil. En 2012 fue encontrada muerta cerca de su domicilio. El parte médico indicaba que había sido consecuencia de suicidio, debido a la asfixia por ahorcamiento.

Mal parecía irle le vida a Robert Kennedy Jr., quien debía ocuparse de su parentela, los seis hijos habidos en sus dos enlaces. Se recuperó de ambos fracasos sentimentales cuando conoció a la actriz y directora Cheryl Hines, quienes celebraron su boda en 2014. Llegado 2023 se supo que el político la engañaba, a finales de año, con Olivia Nuzzi, reportera del "New York Magazine", que fue a entrevistarlo y él aprovechó la ocasión para "tirarle los tejos" y enrollarse con ella una breve temporada. Enterados sus jefes, la despidieron del semanario.

Puede que Cheryl se enterara de ese lío. Puede también que no fuera la primera vez. Lo que hemos sabido de la pareja es que en el último Black Friday, ella difundió un vídeo a través de su cuenta de Instagram, metida en su baño mientras al fondo se veía a su marido duchándose. Quizás fue una broma que Cheryl quiso gastarle a Robert; en todo caso, poco apropiada para el futuro político del flamante republicano. Todo sucedió porque ella estaba promocionando unos productos de belleza, Hines + Young, marca de su propia empresa en los que tiene mucho interés. Económico, de entiende. Productos ecológicos que asegura no contribuyen a la contaminación plástica. Ese video dio que hablar porque Robert no debió atender a Cheryl indicándole, desde algo lejos, que no se duchara, él no la escuchó, y los que lo contemplaron bajo los chorros de agua tal vez llegaron a captarlo en porretas. Una escena que Cheryl debió eliminar. ¿Y si lo hizo aposta para fastidiarlo por haberla coronado con la reportera del "New York Magazine? Las venganzas femeninas son a veces sutiles-

La hija primogénita de Robert, Kick, ha sido también noticia semanas atrás pues fue vista muy animada junto a Ben Affleck, poco después de que éste se separara definitivamente (o eso dicen los afectados) de Jennifer López, a los que le gusta jugar a quererse, no quererse, casarse, divorciarse, volverse a casar, decirse adiós otra vez… Kick y Ben hacen buena pareja, pero no veo a éste, por el momento, decidido a emprender un largo noviazgo. Ella está graduada en Historia por la Universidad de Stanford, ya ha participado en algunos rodajes de cine y televisión. También tuvo anteriormente, en 2018, un noviazgo con el millonario Mathew Mellon, que falleció de un ataque cardíaco. Y ahora está ilusionada con este veterano seductor. Robert Kennedy Jr. no se ha manifestado acerca de este romance de su hija. Bastante tiene él con sus problemas en casa y en el partido de Trump

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