
Tamara Falcó e Íñigo Onieva han viajado estos días santos a Bosnia-Herzegovina con la intención de visitar Medjugorje, según ha podido saber Libertad Digital. Se trata de un lugar de oración y meditación que se ha convertido en parada habitual de los famosos que defienden la fe desde sus redes sociales
Desde que muriera Mario Vargas Llosa el pasado 14 de abril, no hemos sabido nada de Tamara Falcó ni de su madre, Isabel Preysler. Según la versión digital de Hola, la filipina ha dado orden de silencio a su familia, ha evitado ser vista y mucho menos ha querido hacer declaraciones sobre el que fuera su novio durante ocho años. La propia Tamara se refería a él como ‘tío Mario’.
Tamara se ha dejado ver en las redes sociales pero debido a sus compromisos publicitarios. Sólo hace unas horas publicaba en Instagram una imagen de un paisaje y un mensaje: "Mi lugar de desconexión". El lenguaje de los emoticonos sugiere que está en proceso de meditación y que la paz, representada por la rama de olivo, está con ella.
Según El Español, Tamara e Íñigo cogieron un vuelo el pasado 12 de abril a Croacia aunque no hablaba de su destino final. De allí habrían viajado hasta este pueblo de la antigua Yugoslavia, famoso por las peregrinaciones que llegan hasta allí para venerar a la Virgen, que en 1981 se les habría aparecido a seis jóvenes.
Tamara es una habitual de este tipo de peregrinaciones. Ya la vimos vestida de enfermera de la Hospitalidad de la Virgen de Lourdes en plena crisis con Íñigo, en octubre de 2022. Acababa de descubrir que Onieva le había sido infiel en el Festival Burning Man y se dejó consolar por Hugo Arévalo, que no dudó en viajar con ella hasta la localidad francesa. La diferencia es que, esta vez, es Íñigo el que viaja con ella para ampliar sus rezos.