
Acostumbrada a llenar de color cada paso que da, Ágatha Ruiz de la Prada sorprendió en 2018 al aparecer vestida completamente de negro en uno de los momentos más emotivos de su vida: su encuentro con el papa Francisco en el Vaticano.
La diseñadora, conocida por sus diseños atrevidos y llenos de color en la moda española, dejó aparcado su característico universo multicolor para cumplir estrictamente con el protocolo del Vaticano, que exige a las mujeres vestir de negro, con hombros cubiertos y sin escotes llamativos para presentarse ante el Pontífice.
"Minutos antes de conocer al Santísimo Padre", escribió en sus redes sociales, junto a una fotografía en la que se la ve visiblemente emocionada a las puertas de la Basílica de San Pedro. Un gesto que dejó claro que esta visita iba mucho más allá de un simple viaje turístico. No se trataba de una escapada romántica ni de una visita casual a la "ciudad eterna": su objetivo era conocer a una figura que, según ella misma expresó, admira profundamente.
Ágatha Ruiz de la Prada y su único diseño negro
Para la ocasión, Ágatha rescató de su archivo personal una prenda única: un vestido negro de terciopelo que solo había utilizado una vez en dos décadas de carrera, concretamente en el funeral de la Condesa de Barcelona, abuela del rey Felipe VI. La pieza, con escote de pico, manga larga y falda hasta la rodilla con silueta de corazón invertido, es el único diseño que la marquesa de Castelldosrius y baronesa de Santa Pau ha confeccionado en ese color.
Pero incluso cuando se viste de negro, Ágatha no puede evitar dejar su sello personal. A su sobrio look añadió una diadema en forma de corazón con velo de rejilla negro, dando un guiño elegante y discreto a su icónico estilo.
Vestirse de negro para ver al Papa es una tradición que pocas mujeres pueden saltarse. Solo algunas reinas católicas tienen el privilegio de vestir de blanco frente al Santo Padre, como hizo en su día la reina Letizia gracias al llamado "privilege du blanc".