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Katy Mikhailova

Mi gran boda pepera

Los detalles de la boda de mi amiga Paloma Estrada y David

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No todas las ciudades saben casarse. Madrid sí, y cuando lo hace, lo hace en grande, como si cada boda fuera una coreografía social donde el amor, el poder y la estética se dan el sí quiero entre himnos merengues y hortensias de Almagro.

Esta no es una boda cualquiera. Es la boda pepera de mi amiga Paloma Estrada con David. Como la griega, pero con menos ouzo y más protocolo. Se casa Paloma, alta funcionaria sentimental de la Dirección Nacional de Nuevas Generaciones, redactora jefa de notas de prensa imposibles, y mujer con el mérito de haber sobrevivido a más cafés en Génova que un diputado a tres legislaturas.

¿El vestido? De Victoria Colección, firmado por Vicky Martín Berrocal, y de inspiración griega, como Afrodita en versión castiza. Porque cuando una cree en el amor verdadero —y en los buenos cortes al bies—, hasta el Olimpo se le queda corto. Pero ojo, que no todo acaba ahí. Para el momento post-votos, la novia se transformó con un segundo diseño exclusivo de una joven creadora de Granada. Madrid y Andalucía en dos actos, como si el amor también tuviera provincias.

Maquillaje y peluquería, por supuesto, a cargo de +Vida, la empresa que ella misma dirige con ese espíritu práctico y brillante que combina labiales con notas de prensa.

Las flores, hortensias azules, cómo no, en Almagro, donde las floristerías son tan discretas como los confidentes. El estilismo político entre "me voy de boda" e "igual mañana soy ministra". Todo está perfectamente en su sitio, incluso los invitados. Alcaldes, concejales, cargos públicos de aquí y de allá, con la chaqueta bien planchada y el voto sellado.

Bea Fanjul (que no necesita presentación si han pisado una convención del PP o un photocall con luz de neón) lleva un mono de La Croixé (misma marca con la que apareció en la mítica boda de Almeida). En las peticiones esperó con entusiasmo "por España" como no podía ser de otra manera. De amarillo palo, ha lucido un outfit de esos que dicen "aquí estoy yo y también mi agenda institucional".

La ceremonia ha sido en la Basílica de San Francisco el Grande, que no puede ser más grande ni más teatral. Un templo que parece diseñado para el siglo XXI, aunque haya nacido barroco, con una cúpula que impone, envuelve y hasta levanta las convicciones. Es tan bonita que dan ganas de casarse aunque no tenga todavía una con quién hacerlo.

Y como corresponde a una novia valiente, elegante y madrileña, ha entrado el novio a la iglesia con el himno del Real Madrid. Sí, han leído bien. Y sí, algunos lagrimones no fueron por la emoción matrimonial, sino por el madridismo. Porque esta boda ha tenido más épica que un 2-3 en el 90+5.

Yo suelo decir que me dan pereza las bodas. Pero como en todo, hay bodas y bodas. Y luego están las bodas que tienen algo de declaración política, algo de musical de Broadway, y mucho de historia compartida. Esta es una de esas. Por eso ayer estuve ahí. Por Paloma. Y por todas las chicas que aún creen que el amor se puede conjugar en futuro de indicativo.

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