
Buena la ha armado Alain Delon cuando se cumplen nueve meses de su fallecimiento. La publicación estos días en Francia del libro "Los últimos días del Samurai", del que París Match adelantó uno de los capítulos, ha descubierto las últimas voluntades del astro francés, que beneficia a su hija Anouchka al tiempo que perjudica a sus varones, Anthony y Alain-Fabien.
Con anterioridad a ese recién descubierto testamento ignorado, el año 2015, el actor había decidido otro que se mantenía en la caja fuerte de un banco. Pero lo modificó en una notaría suiza el 24 de noviembre de 2022. Documento al que ahora nos referimos, que ha causado la natural guerra entre los tres hermanos Delon.
La fortuna estimada que ha dejado el ídolo del cine galo asciende a cincuenta millones de euros. Mucho menos de lo que se creyó. Cuanto poseía, le hubiera apetecido dejárselo a Anouchka. En todo caso, en el último y secreto testamento, ella es la beneficiaria del cincuenta por ciento de su fortuna, en tanto el resto, a partes iguales, significaba el legado para sus dos hijos varones.
En ese libro citado al principio se dan detalles del patrimonio del actor consistente, aparte de cuentas bancarias importantes, en un apartamento en Ginebra valorado en tres millones de euros, que viene siendo hace tiempo la residencia de Anouchka con su marido Julian Dereime, desde 2018. Además, ella dispone del total de las acciones de una empresa de su padre. Y no sólo eso: también los derechos de todas las películas que rodó, en concreto de las que fue productor además de protagonista.
Anthony Delon, el primogénito, está que se sube por las paredes desde que se enteró de las últimas voluntades de su progenitor, con quien toda su vida se llevó fatal. Y cuando en los años finales de su padre trató de hacer las paces con él encontró dificultades, algunas que relacionaba con su hermana, a la que consideró culpable de no haberle informado de la enfermedad que comenzó a padecer el actor a partir de 2019. Entre ambos hermanos hubo cruces de acusaciones y hasta ella lo demandó por difamarla.
En ese libro que ha destapado muchos detalles sobre la conducta de Alain Delon con sus hijos y sus mujeres se refiere que el ídolo de la pantalla los maltrataba. Alain-Fabian, su benjamín, reveló que llegó a aplastarle la cabeza a su madre, segunda y última esposa del actor, Rosalie van Breemen; le partió la nariz dos veces, y le destrozó ocho costillas. No sólo ésta fue víctima de la agresividad de Alain, siempre siguiendo las revelaciones de su hijo citado. Es que asimismo la emprendió a golpes con la última mujer que estuvo a su lado, la japonesa Hiromi Rollin, quien ofició de asistenta del actor y se ocupaba de estar pendiente de sus dolencias, de su soledad. A Hiromi, dada la supuesta influencia que ejercía sobre Alain Delon, la echaron de la casa los hijos de éste.
Ítem más: reclaman su parte del legado dos hijos supuestamente del galán francés que pudo tener con la fotógrafa Ari Boulogne, que han manifestado irán a los tribunales. Quien al parecer no se ha pronunciado aún es Christian Aaron Boulogne, el hijo que nació de su relación tormentosa con la cantante alemana Nico.
Siendo Alain Delon el actor francés más admirado, uno de los guapos de toda la cinematografía conocida, no sorprende que tuviera muchas aventuras con mujeres. Llegó a publicar un libro, "Las mujeres de mi vida", que llevaba un prólogo de Brigitte Bardot. Y refería que siendo un mozalbete se encaprichaba de sus vecinas y cuando trabajó de descargador en el Mercado Central de París en su juventud, no le faltaron conquistas. Ya siendo actor cinematográfico, sedujo a compañeras de repartos hasta volar más alto y llevarse al catre a estrellas de la pantalla.
¿De dónde le venía esa manera compulsiva de conquistar a cuantas féminas se encontraba en su camino? Puede que el divorcio de sus padres cuando él contaba sólo cuatro años lo llevaran en su juventud a tratarlas con deseos sexuales, sin poder reprimirse y sin pretender nunca establecer un hogar estable. Creció siendo un muchacho rebelde, no aceptó que su madre volviera a casarse, consecuencia de ello nunca hizo buenas migas con su padrastro. Y siempre fue imponiendo a los demás su orgullo masculino, su carácter egoísta y prepotente.
Quien probablemente más lo quiso fue Romy Schneider, a partir de 1959 cuando ella contaba veinte años y él tres más. Al principio de conocerse, a la protagonista de "Sissí" le pareció un tipo aburrido y a él una engreída, cuando precisamente era Delon quien se pavoneaba siempre ante las mujeres. El caso es que, rodando la película "Christina", se enamoraron como dos tortolitos. Y llegado 1963, Romy sufrió un desgarrador momento cuando recibió un ramo de flores con una carta en la que su bello galán le notificaba que su historia de amor había concluido. Y aunque fueron pareja inolvidable en "La piscina", jamás se reconciliaron. Nunca se recuperó la romántica actriz de su desgracia, a la que años después se sumó la trágica muerte de su hijo, lo que influyó en una constante depresión en los últimos años de su vida, de la que se despidió abusando de unos barbitúricos que tomaba para olvidarse de su infortunio.
Sólo se casó dos veces, la primera con Nathalie Francine Cánovas Berthelémy, marroquí, que con el apellido Delon se aprovechó para hacer carrera en el cine, de manera discreta. Padres del díscolo Anthony. La otra esposa del galán sería la anteriormente ya citada Rosalie van Breemen, treinta y un años menor que él, con quien tuvo sus dos hijos varones. Cansada de serle infiel, fue ella quien lo dejó.
Las otras mujeres que marcaron su vida por cortos periodos de tiempo, entre las más conocidas, estaban Mireille Darc, cuya muerte le afectó mucho a Delon; Nico, cantante, se llevaron fatal; Dalida, que antes de suicidarse grabó con Alain el disco "Parole, parole"… La lista del resto de sus amantes daría para un abultado libro.
El final de Alain Delon fue más bien triste. Después de haber conocido la fama, de ganar millones de francos y luego euros, de gozar de muchísimas mujeres, acabó solo, en un pueblo suizo, adonde se había traslado a vivir huyendo del Fisco galo. Allí, únicamente se consolaba con las visitas de su hija Anouchka. Llegó a declarar su deseo de que lo enterraran con sus ocho perros. Algo que, llegada su muerte el 18 de agosto de 2024, no lo permitieron sus hijos. Para la historia, Alain Delon queda como un excelente actor, especialista en cine negro. Y en el plano personal como alguien que no supo domeñar su carácter, propio de un maltratador, machista, mal esposo y mal padre.

