Cayetano Martínez de Irujo, IV Duque de Arjona y XIII Conde de Salvatierra, de sesenta y dos años, ya es esposo (tras conseguir la nulidad de su primer matrimonio con Genoveva Casanova hace tiempo), de Bárbara Mirján Aliende, de veintinueve años. La ceremonia se celebró poco después del mediodía de hoy sábado 4 de octubre en la iglesia sevillana del Cristo de los Gitanos, donde reposan parte de las cenizas de la madre del novio, la Duquesa Cayetana de Alba, ferviente devota de esa imagen.
Conocido ha sido el largo noviazgo de la pareja, que se conoció en 2016 en el ambiente de unos amigos comunes en Marbella. Desde entonces han mantenido una relación ininterrumpida, con encuentros en fines de semana sobre todo, en la finca propiedad de Cayetano en Carmona.
El primer apellido es Mirján, con acento agudo, pues así lo escribió Cayetano en sus memorias. Sin embargo puede comprobarse que en todos los medios informativos escritos (al menos, así lo hemos verificado) figura sin el acento.
Seductor nato desde su juventud, Cayetano estuvo relacionado con muchas mujeres. Tras su fracaso con la mexicana Genoveva Casanova, admitió su culpa, por haberle sido infiel. Cuando inició su íntima amistad con Bárbara Mirján, dio "con la horma de su zapato", como se decía en tiempos, o mejor, "su media naranja". Él lo contaba así: "Nos reímos mucho juntos. Saca lo mejor de mí. Si nos hubiéramos conocido tiempo atrás no hubiéramos durado, habría sido otra mujer perdida en mi vida. Porque he conocido a mujeres magníficas que no he sabido conservar".
Refiriéndose a su carácter sencillo, sin pavonearse tras haber obtenido dos carreras universitarias, también Cayetano ha dicho esto sobre quien es ahora su esposa: "Es rápida y lista, inteligente y resolutiva. A Bárbara no se le caen los anillos para arreglar la casa, o ir a la compra o conseguir un billete de avión. Me ha ido ganando día a día".
Por su parte, Bárbara Mirján le corresponde con el mismo amor y admiración. Y como muchas otras mujeres enamoradas, no vaciló en escribirle un poema, del que reproducimos algunos versos: "Caminante en mi camino / Luchador que no se rinde, / el gran duque reencarnado, / generosidad infinita, con hombría y valentía, / hombre de buen corazón". Y también: "Un buen hijo, y un gran padre, el amigo insuperable… Deportista y entregado, / divertido y admirado, / es del campo y de su casa…". Y asimismo: "Sólo es él, ojos verdes de otra vida. / Entregado al amor como su madre".
Me consta que Cayetano ha leído, releído esos versos de su amada Bárbara. "Lo hago si en algún momento me vengo abajo", confesó. A partir de hoy, tendrá a su musa entre los brazos.