
En los últimos meses, la familia Beckham no para de acaparar titulares. Estas últimas semanas dos de sus miembros han sido los claros protagonistas de los medios. La primera, Victoria Beckham, quien ha participado en la Semana de la Moda de París presentando su última colección arropada por su marido y sus hijos Romeo, Cruz y Harper.
El otro protagonista es de quien no ha habido rastro durante la semana grande de la capital francesa: Brooklin Beckham, quien hace unas semanas tuvo su última aparición pública en el partido All-Star de la Ryder Cup donde participó como jugador e hizo unas declaraciones a los medios, evitando pronunciarse sobre su familia: "Siempre habrá gente que diga cosas negativas, pero tengo una esposa que me apoya mucho. Ella y yo hacemos lo nuestro, nos concentramos y trabajamos. Y somos felices".
Tras los últimos meses de constantes rumores de separación, distanciamiento y silencio por ambas partes sobre el tema, los Beckham han decidido alejarse del foco mediático y darse un respiro en familia. El destino escogido ha sido un paraíso nacional: Mallorca, una de las islas más cotizadas por los famosos, quien eligen sus increíbles playas para desconectar de sus ajetreadas y mediáticas vidas.
Según publica Última Hora, la familia aterrizó en Palma y fueron directos al puerto de Sóller, donde los esperaba su yate Seven, al cual hemos visto en más de una ocasión. La tripulación, según informan, había preparado todo al detalle para que su viaje fuera perfecto, por supuesto guardando todo en la más absoluta intimidad y discreción.
Según cuenta el medio, David y Victoria, acompañados de dos de sus hijos Cruz y Harper, (ni rastro de Brooklin) disfrutaron de increíbles jornadas en alta mar, alternándolas diversas visitas por varios de los enclaves más idílicos de la isla, como Sa Foradada o el Port d'Andratx.
El recorrido de los Beckham por el litoral balear ha despertado gran interés entre locales y visitantes, quienes vieron a Victoria recorriendo el puerto junto a su hija Harper, mientras David y Cruz se quedaban en el yate disfrutando de un café con leche con las preciosas vistas de las playas mallorquinas. Según explica el citado medio, la única noche en que la familia al completo decidió disfrutar de una cena en tierra fue en el restaurante Suculenta, en Port de Sóller, donde degustaron lubina al josper y carpaccio de ventresca de atún, en la tranquilidad de su intimidad.


