
La actriz norteamericana Jennifer Aniston, una de las más reconocidas por sus películas y apariciones televisivas, ha realizado unas declaraciones recientemente en las que confiesa lo mucho que ha sufrido por no haber alcanzado la maternidad.
Años en los que prefería dar la callada por respuesta y se hartaba de responder siempre lo mismo a los reporteros, interesados en conocer por qué no alumbraba un hijo o ante su imposibilidad, recurrir a adoptar un bebé.
Acerca de la última sugerencia, descartando la adopción, Jennifer Aniston siempre ha sostenido lo que sigue: "Quiero mi propio ADN en un niño. Egoísta o no, pienso así".
En sus últimas confesiones ha dicho esto: "Mi obsesión al cabo de los años ha sido siempre la misma, pero no quería hacerlo público. Me sometí a la fertilización in vitro. Tomé té chino, hice de todo. Fue devastador. Hasta concluir que nada podía hacer con mis problemas de fertilidad. Tuve que aceptar, repito, mi imposibilidad de concebir". En una entrevista muy reciente, volvía a declarar sobre ese gran problema en las páginas de la revista Harper’s Bazaar: "Si alguien me hubiera dicho que congelara mis óvulos, me hubiera hecho un gran favor"
Jennifer Aniston ha vivido mucho tiempo siendo recordada por aquella serie de televisión internacional, "Friends", emitida entre 1994 y 2004, que la situó entre las actrices más populares en los Estados Unidos, y también en Europa, pues también se alabó su trabajo.
Respecto a su vida sentimental, hay un nombre que significó mucho en su corazón: Brad Pitt. Cinco fueron los años que estuvieron casados. Rompieron quizás porque ya había aparecido en el horizonte del guapo galán rubio una deslumbrante Angelina Jolie. Aquella ruptura fue causa de que Jennifer Aniston estuviera al borde de una imprevista depresión: porque estaban muy enamorados, ella por lo visto más que él. Alguna vez coincidían en algún evento cinematográfico, comportándose como si entre ellos no existieran problemas.
Probó suerte Jennifer con otro matrimonio en 2015, con el actor Justin Theroux, y tampoco pudo estabilizar su vida, pues tres años más tarde dieron por finalizada la unión.
Antes y después de esos dos enlaces, Jennifer Aniston mantuvo otras relaciones con parejas procedentes del mundo artístico, actores, músicos, modelos, y tampoco significaron mucho en su currículo amoroso. No tenemos noticias de que haya vuelto a conocer a alguien que le mereciera la pena. Y ahí está todavía muy atractiva, siempre elegante, y hasta cierto punto ya tranquila al haberse quitado de la mente esa losa por no haber sido madre.

