
La muerte de Silvio Berlusconi nos trae a la memoria de qué manera adquirió los derechos de Telecinco en España, canal que ya se emitía en Italia. En su programación él propugnó, amén de potenciar las noticias, crear espacios de entretenimiento, a base de humor y desfile de bellezas femeninas con la menor ropa posible permitida. Así se estrenaron en España las llamadas "Mama Chicho".
El magnate italiano consiguió que el Gobierno español de Felipe González le aprobara la concesión de su canal antedicho. A ello contribuyó la amistad que Berlusconi mantenía con el presidente del Gobierno italiano, Bettino Craxi, a su vez éste con excelentes relaciones cerca de González. Con socios españoles relevantes, el 25 de agosto de 1989 Telecinco fue una de las tres licencias aprobadas para emitir como canal privado. Su director sería Valerio Lazarov, quien ya había trabajado en los estudios de Berlusconi en Milán.
El 7 de abril de 1990 Telecinco estrenó en la noche del sábado un programa estrella que contenía los elementos de amenidad concebidos por Berlusconi: Tutti Frutti, en horario de "prime time". Más adelante se emitiría en la noche de los viernes. Al éxito del programa con la aparición de conocidos humoristas (entre ellos Raúl Sender, Cruz y Raya, Pepe Viyuelay otros) se sumó la aparición de las llamadas "Mama Chicho", la atracción excitante de ese espacio, que alcanzó durante un par de temporadas una cifra importante de seguidores.
Fue el propio Berlusconi quien creó las "Mama Chicho" ya en Milán. De un grupo de atractivas bailarinas seleccionó media docena, tras la anuencia de ellas para instalarse en Madrid y aparecer semanalmente en "Tutti Frutti". Tres se llamaban Patrizia, y las otras, Daniela, Stephania y Suzy. A cuál más guapa. Cuerpos perfectos. De anatomía espectacular. Luciendo explosivos biquinis o en su lugar escasa y vistosa ropa.
Servíanse del "playback" para cantar una pieza alegre de ingenua letra y pegadiza música rítmica, con el título "Mama Chicho me toca", en una de cuyas estrofas se escuchaba lo de "… si tu cuerpo me atrapa, me vas a enamorar". Ni qué decir que al cabo de dos o tres semanas la cancioncilla era repetida en los bares al día siguiente de su emisión. Y los comentarios varoniles diferían poco acerca de la presencia de aquellas seis impresionantes féminas. Voces femeninas también comenzaron a proclamar que ese espacio era propio de una mente machista. Berlusconi "pasaba" de tal acusación. Los anunciantes eran muchos los que financiaban Tutti Frutti, de los que reunían mayor audiencia. Hasta incluso a los guionistas, con el beneplácito de Berlusconi y, en su nombre, Lazarov, se les ocurrió montar una especie de concurso de posibles participantes para que las seis "Mama Chicho" los eligieran como posibles novios o incluso futuros maridos, de nacionalidad española, a tenor de que ellas se encontraban muy felices en nuestro país.
Fueron las primeras bailarinas del destape en una cadena de televisión. Las incitaban a fiestas continuamente, felices en una ocasión al haber cenado con Julio Iglesias, al que sus ojos le hacían chiribitas rodeado de aquel plantel de misses. Chicas alegres en un programa de humor. Ese era el mensaje que Berlusconi trasladó desde Milán a su Telecinco español.
Se cuenta que antes de que Silvio aterrizara con su cadena entre nosotros ya Televisión Española trató de poner en antena un programa similar al que luego sería el de Tutti Frutti berlusconiano. Copiando a otros que se emitían con éxito en cadenas europeas. Pero el Ministro Javier Solana no quiso meterse en veredas y rechazó aquel proyecto. Telecinco, por decisión de Berlusconi fue, en resumidas cuentas, la primera cadena española de financiación privada quien llevó a la pequeña pantalla un aire nuevo, cuyo más expresivo ejemplo fueron las muy traídas y llevadas "Mama Chicho". De estas, que cada varias semanas fueron yendo sustituidas unas por otras, ya no volvimos a saber nada más, cuando han transcurrido algo más de treinta años.

