Carcasona, la Francia medieval
La ciudadela amurallada de Carcasona es uno de los lugares más hermosos del sur de Francia.
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La ciudadela de Carcasona y sus murallas, vistas desde el Canal du Midi, cuyo recorrido pasa muy cerca de la vieja ciudad medieval.
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La monumental Puerta de Narbona es la entrada más habitual de la ciudad. Restaurada en el siglo XIX como casi toda la ciudadela, hoy es una mezcla de elementos históricos -los más- y también algunos inventados -los menos-.
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La doble muralla de Carcasona es uno de los conjuntos fortificados más grandes de Europa. Hoy en día un paseo recorre la mayor parte del perímetro.
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Las calles estrechas del interior de la ciudadela son hoy en día recorridas por los turistas, que se adentran en la ciudad mirando no sólo el precioso conjunto sino también las muchas tiendas de regalos.
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Una plaza junto a la muralla en el interior de la ciudadela.
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El palacio condal, la fortaleza dentro de la fortaleza.
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Otra vista del castillo.
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Una de las calles del interior de Carcasona.
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El gótico purista de la basílica de Saint-Nazare.
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Una de las gárgolas que realizó Viollet-le-Duc y que nos recuerda a las que también hizo para Notre-Dame.
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La puerta del Aude, una de las más espectaculares de Carcasona.
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Una de las casas con más encanto del interior de Carcasona.
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Turistas con coloridos paragüas recorren el interior de la ciudadela.
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Con la caída de la noche la mayor parte de los turistas abandonan Carcasona y surge otra ciudad, más íntima y con no poco encanto.
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Otra de las pequeñas plazas de Carcasona.
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El paso bajo la Puerta de Narbona, ya con las luces de la noche.
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La Puerta de Narbona con su iluminación nocturna.
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Una de las rectas calles de la bastida de Carcasona: la parte algo más moderna que se creó a los pies de la colina de la ciudadela.
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El pequeño puerto del Canal du Midi, justo al lado de una esclusa, al paso de esta vía de agua por Carcasona.
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Carcasona es un punto de partida perfecto para recorrer algunos tramos del Canal du Midi.
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