Un paseo por Palma de Mallorca
La capital de las Islas Balerares es una ciudad llena de interés y encanto.
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La Catedral con las primeras luces del día.
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La Catedral de Palma, imponente desde su base.
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El Palacio Real de la Almudaina y la Catedral, iluminados al caer la noche.
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El rosetón mayor de la Catedral y su precioso reflejo en las paredes de la nave central.
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Una vista del altar de la Catedral, con el rosetón mayor en lo alto.
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Una de las salas del Palacio de la Almudaina.
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Una reproducción de la cimera del Rey Martín, que casi todos asociamos a Jaime I, conquistador de Mallorca, está expuesta en el Palacio Real de la Almudaina.
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El patio perfectamente redondo del Castillo de Bellver.
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Los preciosos arcos góticos del Castillo marcan el carácter del edificio.
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El patio del castillo, visto desde su techo.
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Un moderno y colorido hotel entre las sombras de otros grandes edificios.
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Una empinada calle del centro histórico de la ciudad.
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La calle de la Fábrica, en el barrio de Santa Catalina, está llena de apetecibles restaurantes.
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Patrón Lunares, uno de los recomendables restaurantes en el barrio de Santa Catalina.
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Una de las calles del centro histórico de Palma de Mallorca.
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Una de las pastelerías tradicionales de Palma de Mallorca.
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El interior de una de las pastelerías de Palma.
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Una de las pequeñas plazas con encanto de Palma.
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Ensaimadas, chocolate y helado de fresa: delicias en Can Joan de s'Aigo.
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Bares en edificios históricos junto a la judería de Palma.
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