Los nutricionistas llevan años buscando lo que llaman "calorías negativas", es decir, un alimento cuyo consumo y digestión gaste más calorías que las que lleva. Por tanto, un alimento que adelgaza por sí mismo.
Esto es porque en los países occidentales hay un problema con la obesidad y el sobrepeso, algo que se resolvería fácilmente si se llegan a encontrar alimentos que por sí mismos adelgazaran. Sin embargo, a día de hoy se conocen muchos alimentos con pocas calorías, pero, incluso los alimentos más ligeros tienen algunas calorías, que habrá que gastar por otro lado para que esa energía no se acumule en forma de grasa. Entonces, ¿existen las calorías negativas?
En los años 90 surgió una teoría que establecía que ciertos alimentos tienen calorías negativas, porque emplean mayor gasto calórico en el cuerpo para ser digeridos y metabolizados que las que aportan al ser ingeridos. Por ello, los alimentos que tenían calorías negativas se promocionaban como ideales para perder peso.
No obstante, cuando uno se plantea si existen las calorías negativas, y después de pensar unos segundos se da cuenta de que no puede un alimento aportar -10 calorías, como tampoco puede producir una quema de grasas excesiva por el sólo hecho de ser consumido.
Lo que en realidad se está diciendo es que ciertos alimentos requieren de un proceso más largo para ser digeridos y por ello, utilizan más calorías de la reserva. Mientras que otros como el azúcar se absorben rápidamente y además, aporta más calorías que una planta de brócoli que se digiere lentamente, por ejemplo.
Entonces, no hay que dejarse engañar, las calorías negativas no existen, pero sí es realidad que ciertos alimentos bajos en calorías requieren de un mayor esfuerzo del cuerpo para digerirse y por eso, gastan más calorías, pero no son alimentos "quemagrasas" por esta característica. Los alimentos con estas particularidades son, casualmente, aquellos que propician una dieta saludable. Por ejemplo, aquellos ricos en fibra y que por eso, tardan más en digerirse, como las frutas y verduras crudas o los cereales integrales. Pues todos estos requieren más tiempo para ser metabolizados respecto a sus versiones refinadas o cocidos.
Pero todos los alimentos implican un gasto calórico para ser convertidos en nutrientes y almacenarse o ser usados por el organismo. Lo que sucede es que muy pocos de ellos tienen ínfimas calorías que tal vez su proceso de metabolización implique un balance energético negativo.
Los estudios al respecto no son claros ni consistentes, por lo tanto, hoy en día se puede decir que no existe evidencia científica que confirme la presencia de alimentos con calorías negativas. Sin embargo, la sociedad es como es y en redes sociales circulan dietas y hacks de adelgazamiento que aseguran que alimentos como el apio, el pomelo, los tomates, el pepino, el brócoli, las lechuga o las zanahorias, tienen calorías negativas. Otros alimentos que se consideran que tienen calorías negativas son el chicle y un vaso de agua fría.