Poitiers, una joya medieval en el corazón central de Francia, ligada a la esencia de la nación de los francos, ha vivido una renovación en las últimas décadas que se aprecia en sus calles, bares o restaurantes de esta metrópolis, donde uno de cada dos habitantes tiene menos de 30 años. Una ciudad que cautiva a los viajeros con su encanto histórico y su rica herencia cultural que se palpa literalmente en cada esquina de casi cada una de sus calles, sobre todo del tranquilo y manejable casco histórico de la antigua residencia de los Duques de Aquitania, hoy capital del departamento de Vienne.
Durante un reciente viaje en coche a esta ciudad, una oportunidad ideal de explorar sus calles empedradas y visitar sus monumentos históricos más famosos, para sumergirse en la fascinante historia de esta urbe apodada "la ciudad de los cien campanarios".
Situada en la región de Nueva Aquitania, es conocida por ser un importante centro cultural y educativo en Francia, aunque a menudo se suele pasar por alto en comparación con ciudades más grandes como París o Lyon, tiene su propio atractivo que la hace inolvidable. Rodeada además por un sinfín de bellos pueblecitos (como casi todos en Francia) salpicados de colegiatas, abadías o castillos, Poitiers es un destino único en sí mismo y puede presumir de ello.
Los imprescindibles de Poitiers
Una de las primeras paradas en nuestro viaje fue la impresionante catedral de Saint-Pierre, una obra maestra de la arquitectura gótica que se alza majestuosamente sobre la ciudad, a pesar de que su base haya quedado atrapada en un pasado menos elevado que el resto de la ciudad. El interior de la catedral es igualmente impresionante, con sus vidrieras que filtran la luz del sol y crean una atmósfera mística.
Otro rincón a visitar en Poitiers es la Plaza Leclerc, en el corazón mismo del casco antiguo de la ciudad. Un lugar pintoresco que alberga numerosos cafés y tiendas encantadoras, rodeado de callejuelas y fachadas típicas. Aquí, es posible disfrutar sentados de deliciosos croissants mientras observábamos a la gente pasar y admirábamos la arquitectura medieval que rodea la plaza.
La iglesia de Notre-Dame-la-Grande, joya de la corona de la parte medieval de la ciudad y sobre todo del arte románico, con su elaborada fachada que ilustra las páginas de la Biblia y que en la Edad Media se pintó de varios colores, es el punto de encuentro de los viajeros que lleguen por primera vez a la ciudad, porque además se eleva a pocos metros de la oficina de turismo, donde por cierto atienden en español.
El Baptisterio de San Juan, es el último vestigio merovingio de Poitiers, con su conjunto arquitectónico que sirve de escenario para una piscina bautismal y alberga pinturas románicas bellísimas. Uno de los monumentos cristianos más antiguos de Europa.
No podemos olvidar mencionar la Universidad de Poitiers, una de las universidades más antiguas de Europa, fundada en el siglo XIII. El campus, con su mezcla de arquitectura histórica y moderna, es un testimonio de la rica tradición académica de la ciudad.
En resumen, este viaje a Poitiers fue una experiencia enriquecedora desde el primero minuto, para sumergirse en la historia y la cultura de esta encantadora ciudad francesa. Desde su impresionante arquitectura gótica, hasta sus hermosas calles y su ambiente joven que contrasta con su vieja cara medieval.
Futuroscope, la cara futurista de Poitiers
El Parque Futuroscope, ubicado a pocos kilómetros al norte de Poitiers, es un parque temático donde las atracciones se basan en la tecnología multimedia; y especialmente en los más recientes sistemas cinematográficos, audiovisuales y robóticos del panorama.
Al pasar por su acceso principal, mucho menos masificado que otros parques de Francia, este parque ofrece experiencias que desafían los límites de la imaginación con conceptos de entretenimiento basados en el aprendizaje científico, consiguiendo ser divertido al mismo tiempo, sobre todo para los más pequeños. Desde su inauguración en 1987, ha sido un referente en Francia, atrayendo a visitantes de todas las edades.
Una de sus atracciones más destacadas es La Máquina del Tiempo, un emocionante recorrido que lleva a los visitantes a través de momentos clave de la historia, desde la prehistoria hasta el futuro lejano. Con efectos especiales impresionantes y una narración cautivadora, esta atracción ofrece una visión única de la evolución de la humanidad.
La atracción estrella del parque (al menos la más espectacular) es Cazadores de tornados, donde el visitante se ve literalmente envuelto en un tornado. Una pantalla circular LED con efectos especiales completan el show para experimentar estar dentro de este fenómeno meteorológico, todo esto en una plataforma que sube, baja, se inclina y gira. Realmente una experiencia única.
Cabe destacar el Pabellón de la Ciencia y la Ciudad del Audiovisual, dos espacios dedicados a la educación y la exploración. Aquí, los visitantes pueden aprender sobre la física, la biología y la tecnología de una manera divertida e interactiva. Seguimos con Objetivo Marte, la montaña rusa del parque o el espectáculo nocturno al aire libre La Llave de los sueños, colaboración entre los equipos creativos del parque y los equipos de ECA2 (creación de espectáculos) Decorados gigantescos, iluminaciones, juegos de agua y pirotecnias contribuyen al fuerte poder envolvente del espectáculo.
El parque ofrece además una amplia gama de restaurantes y tiendas para satisfacer todas las necesidades de los visitantes, desde deliciosas comidas francesas hasta souvenires únicos para llevar a casa. Entre los que destaca el Space Loop Restaurant, donde la comida te llega a través de un recorrido de tubos y raíles futuristas. Además, el parque, que está en continuo crecimiento ha abierto recientemente Ecolodgee, un nuevo proyecto hotelero que ofrece una simbiosis única con la naturaleza.
En definitiva, Poitiers y Futuroscope forman una combinación ideal de historia, arte, gastronomía y diversión, sobre todo para un plan viajero en familia.