
Socialmente alrededor del mundo cuando algo es prohibido siempre despierta la curiosidad de todo el mundo. Los seres humanos sienten interés ante ese tipo de cosas, sin embargo, existen algunas que, principalmente por seguridad, permanecen ocultas y vetadas. Hay que recordar que parece que el ser humano ha conquistado todo el planeta, incluso lugares tan alejados como la Luna o Marte, pero lo cierto es que existen rincones en los que no han podido poner un pie. Tan solo hace falta viajar a Brasil para encontrar una isla plagada de serpientes cobra por lo que es considerado el territorio más peligroso del mundo.
Isla de Queimada Grande o isla de las Cobras es un paraíso prohibido para los humanos debido al alto número de serpientes venenosas que habitan en sus 23 hectáreas. De hecho, hay que recordar que, entre las numerosas especies de serpientes que habitan el plantea, hay una en América del Sur que se considera la más peligrosa de todas y no es otra que la serpiente de la isla de la Quemada o Bothrops insularis. En esta isla brasileña viven entre 2,000 y 4,000 individuos de esta temida serpiente. ¿Por qué es tan peligrosa? Porque tienen un veneno extremadamente potente que puede causar necrosis de tejidos, insuficiencia renal, hemorragias severas y, en algunos casos, la muerte. De hecho, el veneno de Bothrops insularis es cinco veces más potente que el de sus parientes en el continente, lo que hace a esta serpiente especialmente peligrosa.
¿Por qué viven tantas serpientes en esta isla?
Comprensiblemente apodada Isla de las Serpientes, cuenta con un historial nada envidiable: es el hábitat natural de la cabeza de lanza dorada o Bothrops insularis, una serpiente de cascabel considerada una de las más peligrosas del mundo. El nombre de esta serpiente deriva del particular color de su piel, dado que su veneno puede potencialmente matar a una persona en menos de una hora y es mortal en el 7% de los casos. Este reptil puede llegar a medir hasta 70 centímetros de largo, con un color marrón-amarillento y se estima que existe hasta un ejemplar por metro cuadrado. Esta serpiente se alimenta principalmente de aves y pequeños lagartos, e incluso pueden recurrir al canibalismo, por su parte las crías recién nacidas y los juveniles se comen a los invertebrados.
Los pájaros viven con miedo de estas especies y su letalidad, por lo que han aprendido a predecir sus ataques para poder escapar. Al obligarse a comer animales más grandes, su veneno se hizo más mortal con el paso de los años, tanto que se considera que es cinco veces más venenosa que otras serpientes de su especie. Lo bueno es que, al encontrarse en un lugar prohibido para la humanidad, no se conocen humanos que hayan sido atacados por la misma. Sin embargo, los síntomas por el envenenamiento de la serpiente Bothrops pueden incluir: dolor local, náuseas y vómitos con sangre, ampollas de sangre, moretones, sangrado intestinal, insuficiencia renal, hemorragia en el cerebro o necrosis grave del tejido muscular.
La historia de la Isla de las Cobras
Cuenta la leyenda que fueron los piratas quienes liberaron las serpientes para evitar que nadie pudiera acceder al tesoro que habían escondido en la isla. Pero, más allá de los cuentos tradicionales y las leyendas, los diferentes estudios científicos aseguran que el origen de estas serpientes en el territorio hay que buscarlo 11.000 años atrás.
Emplazada a tan solo 30 kilómetros de la costa de São Paulo, se cree que en su momento la isla de las Cobras formaba parte del continente y que quedó aislada tras la subida del nivel del mar. El trozo de tierra se separó formando las islas de Queimada Grande y Queimada Pequeña, de 10 hectáreas, donde ya habitaban las serpientes y, la falta de depredadores hizo que estos reptiles se hicieran con la isla hasta la actualidad.
Debido a su aislamiento estas especies evolucionaron de forma distinta a las de tierra firme debido a la necesidad de adaptarse a las condiciones de las islas, donde no había mamíferos de los que alimentarse. Además, debido a la alta densidad, tenían que competir entre ellas para su supervivencia, lo que hizo que desarrollaran nuevas habilidades para hacerse con otras presas. De este modo, comenzaron a cazar aves migratorias y desarrollaron un veneno cinco veces más potente que el de las serpientes del continente. Una de sus principales especies endémicas es la Bothrops insularis, una de las más mortales del planeta. Debido a que solo se encuentra en Isla de las Cobras, está en peligro crítico de extinción según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
¿Se puede visitar la Isla de las Cobras?
No, de hecho, debido a que tanto la Isla de Queimada Grande como la Isla de Queimada Pequeña están únicamente abiertos a científicos e investigadores con autorización. De hecho, en el año 1985, el Gobierno de Brasil publicó un decreto que prohibía el acceso a la isla debido la amenaza que suponían los humanos para la conservación de las especies y de la isla. Tanto es así que la deforestación y la caza furtiva son los principales enemigos de las especies endémicas de la isla de las Cobras, ya que en el pasado se vendían en el mercado negro y, con el fin de proteger sus recursos ambientales y biológicos, la isla se declaró Área de Relevante Interés Ecológico.
Pero, ¿Por qué están prohibidas las visitas de turistas a estas islas? La prohibición de visitas tiene múltiples propósitos. Primero y principal, es proteger la vida de las personas, ya que una mordedura de Bothrops insularis puede ser letal y la isla no tiene acceso rápido a atención médica. Segundo, es también una medida de conservación ya que, al limitar el acceso humano, se minimiza el impacto ambiental y se protege el hábitat natural de esta especie endémica.

