
Más allá del disfrute de la costa y de las actividades náuticas o playeras más típicas, muchas personas aprovechan el verano para desconectar y buscar unas vacaciones centradas en el cuidado del cuerpo y la mente. En ese sentido, la Región de Murcia ofrece un recorrido que une bienestar, tradición y naturaleza, en paisajes que invitan a bajar el ritmo. Desde las instalaciones marinas de San Pedro del Pinatar hasta los históricos balnearios del interior, el bienestar no se limita aquí a las terapias, sino que también reside en el entorno que las envuelve.
En la costa
San Pedro del Pinatar, junto al Parque Regional de las Salinas y Arenales, representa un claro ejemplo de cómo la salud y el bienestar pueden vivirse junto al mar. En este entorno de humedales, senderos y charcas salinas, los tradicionales baños de lodo del Mar Menor siguen siendo una de las prácticas más características y antiguas de la zona. Estos barros mineromedicinales, ricos en minerales como calcio, magnesio y potasio, ofrecen beneficios para la piel y las articulaciones, pero también brindan una experiencia de conexión directa con la naturaleza.
Sobre esta base tradicional, los alojamientos y centros de bienestar locales han evolucionado, integrando instalaciones modernas que combinan técnicas terapéuticas con agua de mar y lodos, junto a tratamientos actuales de salud y relajación. Además, el entorno natural potencia esta propuesta: rutas en bicicleta, paseos entre las salinas, senderos interpretativos o sesiones de observación de aves convierten este espacio en un destino ideal para el turismo de bienestar.
En el interior
Adentrándose en el interior de la Región, el ritmo cambia y el bienestar se abre paso entre montes, huertas y aguas termales. En Archena, a orillas del río Segura y en pleno Valle de Ricote, brotan unas de las aguas mineromedicinales más reconocidas de la zona, utilizadas ya desde la época romana. En un entorno rodeado de limoneros, eucaliptos y palmeras, los tratamientos van desde baños y duchas circulares hasta envolturas, masajes o programas de recuperación física y emocional, todo en instalaciones modernas que mantienen vivo el legado termal de la Región.
Fuera del agua, el bienestar continúa en forma de paseos por la ribera, caminatas por la huerta o subidas a miradores desde donde contemplar el paisaje. Más al norte, en Fortuna, el agua termal, conocida desde tiempos de romanos y árabes, ha dado lugar a una tradición que perdura. Allí, en un paisaje de origen volcánico, las propuestas de salud se combinan con rutas por cerros, visitas a yacimientos arqueológicos o caminatas tranquilas que invitan al recogimiento.
El sabor también cuenta
Para completar esta experiencia de cuidado, la gastronomía local juega un papel esencial. Bajo el sello 1001 Sabores, la Región de Murcia ofrece una cocina basada en productos de cercanía: verduras recién recogidas de la huerta, pescados del Mediterráneo, frutas de temporada y platos elaborados con técnicas que respetan el sabor y el origen. Una propuesta culinaria equilibrada, ligera y saludable, que demuestra que también se puede cuidar el cuerpo disfrutando del placer de comer bien. Porque en Murcia, el bienestar también se saborea.
