
Imaginen la escena: estamos en los años 50, una famosa actriz de Hollywood –¿quizá Ava Gardner?– entra en un bar de Madrid rodeada de un coro de admiradores. En el interior, apoyado en la barra, está un escritor muy conocido –puede que Ernest Hemingway– observando lo que ocurre en el local y tomando un cóctel. La actriz se acerca, se saludan con cierta rutina, ella pide su propia copa y la noche empieza a hacerse mágica, tanto que acabará ya en la madrugada, quizá después de flirtear con un torero, quizá con una llamada desde el otro lado del Atlántico de un cantante –pongamos que se llama Frank y se apellida Sinatra– que cada vez está más nervioso con esa estancia en España de la actriz, que le cuenta en largas y a veces tormentosas conversaciones telefónicas que la noche de Madrid es la más divertida del mundo y que se bebe un alcohol de primera, mejor preparado que en cualquiera de los mejores clubes de Los Ángeles.
La escena es inventada, por supuesto, pero podría haber ocurrido: desde los años treinta, al menos, Madrid es una meca de la noche y la coctelería y en los cincuenta actrices, actores, escritores de todo el mundo recorrían la capital y solían encontrarse en Chicote, un templo del estilo y de los cócteles, que es la mejor muestra de que esta es una ciudad en la que desde hace mucho se sabe cómo preparar los mejores combinados.
Una tradición que ahora se ha revitalizado, tal y como ocurre en otras partes del mundo, pero con una energía especial: Madrid se ha llenado de coctelerías cada vez más espectaculares, con bartenders cuyas creaciones son reconocidas y tienen impacto en todo el mundo y, sobre todo, con una cultura en la que se encuentran el ocio, la gastronomía, la música… todo, siempre, con el combinado perfecto para cada momento del día o de la noche.
Experiencias
Las coctelerías de Madrid –60 establecimientos reconocidos en la Guía Mad Mixology, elaborada por Hostelería Madrid en colaboración con la Comunidad de Madrid, que es la mejor forma de orientarse por el mundo de la mixología de la capital– no sólo son lugares en los que disfrutar de deliciosos combinados y de un ambiente lleno de magia, sino que ofrecen una serie de experiencias para sumergirse en la cultura del cóctel.
Por ejemplo actividades y juegos, desde noches temáticas hasta concursos; actuaciones que pueden incluir música en vivo, DJs, encuentros artísticos o humor; catas, por supuesto, guiadas por expertos que ayudan a conocer y descubrir los cócteles de un tipo de destilados o incluso las diferentes posibilidades de un único combinado.
También hay, cómo no, experiencias que relacionan mixología y gastronomía, con bocados, tapas o menús elegidos cuidadosamente para armonizar con la carta de coctelería y deleitarse con un encuentro perfecto entre ambos mundos, por otra parte siempre cercanos. Y, por último, no faltan los talleres que ayudan a introducirse en la cultura mixológica: masterclasses, cursos de elaboración y en los que acercarse a la historia de cócteles clásicos y, obviamente, a la forma de prepararlos.
Algunos imprescindibles
Como decimos, la oferta de coctelerías de Madrid ha crecido exponencialmente tanto en calidad como en cantidad, pero eso no evita que el histórico Chicote de Gran Vía, con todo ese encanto y su bellísima decoración art decó siga siendo una parada imprescindible. Hoy en día sigue ofreciendo cócteles selectos y gastronomía tradicional española con un toque vanguardista.
No muy lejos, en la calle de la Ballesta, está Santamaría Coctelería, en un local que también tiene su historia: era una antigua casa de citas que fue transformada en 2010 con una exquisita atención a los detalles que crea una experiencia única. Allí se creó el que fue elegido como cóctel de la capital en 2024: el Bloody Madryd Santamaría, con vodka, tomate clarificado y la salsa secreta de la casa.
En las mismas calles del centro está también Angelita Madrid, una coctelería muy especial liderada por Mario Villalón, con varios premios internacionales y con unos combinados muy especiales en los que destacan los ingredientes caseros, algunos de su propio microhuerto en la barra. Además, se combinan los cócteles con vinos y con tapas.
Ya en el barrio de las letras encontramos Lovo, en la calle de Echegaray, un lugar único que ofrece una coctelería artística inspirada en Josephine Baker que se disfruta en un ambiente sensorial pero al mismo tiempo cercano.
Nuestra siguiente parada es en otra zona de Madrid con no poca tradición como es Argüelles. Allí, al principio de Ferraz, está Dry Martini Madrid The Bar, que de la mano de Javier de las Muelas se ha convertido en una joya mundialmente reconocida. Una atmósfera encantadora que fomenta el encuentro y la conversación es el lugar perfecto para disfrutar de cócteles clásicos y de las creaciones de un mixólogo de fama internacional.
También fuera de la capital
La coctelerías de calidad han llegado también a otras ciudades de la Comunidad de Madrid, es el caso de Haroko Primitive Bar, en Pozuelo, un lugar perfecto para disfrutar con amigos, en un ambiente agradable, con una espaciosa terraza climatizada y una carta variada de bebidas y cócteles.
En Fuenlabrada está Pandora Cocktail, un establecimiento que es mucho más que un bar: es un laboratorio de creación de cócteles y un espacio ideal para los amantes de sabores y de las vivencias únicas. Sus expertos mixólogos fusionan ingredientes de alta calidad para ofrecer una carta única para los paladares más exigentes.
Y para terminar este resumen muy breve –no dejen de consultar la Guía Mad Mixology para encontrar muchas más referencias– pasaremos por Alcobendas para encontrar allí El Encanto Cocktail Bar, un espacio único en el que se pueden encontrar cervezas artesanales, vinos, café de especialidad y, por supuesto, cócteles que paladear mientras se escucha buena música y se mantienen conversaciones que podrían ser eternas.
Imaginen ahora a Ava, Ernest e incluso a Frank recorriendo esta ciudad llena de coctelerías de primera, atendidos por los mejores bartenders del mundo y en la capital, con mucho, más vibrante de Europa. No me dirán que la escena no parece una película mítica… en el mejor escenario posible: Madrid.
