Cuántas palabras para describir nuestro bello re-encuentro: hechizo, magia, cuento encantado, historia única... Cuántos calificativos pueden describir este espacio de tiempo que nos regaló la vida.
Descubrimos que estábamos vivos, como el ave Fénix resurgimos de nuestras propias cenizas, nuestra piel se fundía en cada abrazo y nuestros besos fueron interminables hasta el último encuentro físico. Escuché una frase de una canción que identifica mis sentimientos actuales, dice así: "... si te he dado todo lo que tengo, hasta quedar en deuda conmigo mismo..."
Recuerdo ese puente tan especial: fue una idea fugaz y parecía una locura. Pero, ¿dónde está el límite cuando hablamos de sentimientos intensos? ¿Cuándo fue la última vez que cupido estuvo tan activo? Desde un viernes por la tarde hasta el miércoles por la mañana cupieron 36 horas en avión, 28.000 km., cuatro controles en los aeropuertos y tres días de AMOR CON MAYUSCULAS.
Realidad o ficción: solo nuestros cuerpos y nuestras almas saben la verdad con sus detalles. Hasta el último instante, hasta la última despedida, hasta la última caricia visual, mantuvimos constante la temperatura del deseo. Durante todos estos meses, fuimos mutuamente el remedio adecuado en el momento oportuno, pero hasta las medicinas más efectivas son temporales.
La relación fue madurando junto con nosotros y nuestros deseos sobre planes de futuro, tomaron formas diferentes. No me conformo con un poco cada cierto tiempo, te quiero toda entera y para el resto de nuestras vidas. Debes saber que aún me queda mucho amor por darte: tengo varias recetas de comidas por prepararte, conservo una lista de sitios por conocer y guardo en mi mente miles de sorpresas por descubrirte.
Ojalá algún día nuestros caminos se junten bajo el mismo techo y pueda enseñarte ese mundo que mi mente enamorada diseñó para nosotros. Será maravilloso descubrir que tu mano y mi mano, tantas veces lejanas a miles de kilómetros aunque sentidas en el alma, se podrán tocar cada mañana, porque se despertarán diariamente juntas. Imagino caricias impregnadas de ternura, cuando las yemas de nuestros dedos acaricien las felices arrugas del amor hecho compañía para siempre.
Pero si todo eso no ocurre, no pasa nada, siempre nos quedará el haber vivido el episodio amoroso más importante de nuestras vidas. "No importa cuánto tiempo duró, lo importante es que haya sucedido".
Danielito
